Una agenda política para que España avance

Mariano Rajoy jura hoy ante el Rey como presidente del Gobierno para un segundo mandato. A finales de semana, habrá nuevo gabinete y será entonces el momento de recuperar el tiempo perdido y ponerse manos a la obra en la ingente labor ejecutiva y legislativa que hay por delante. Como Rajoy ya avisó reiteradamente en la sesión de investidura, será un trabajo complejo, más todavía por el condicionante de disponer de una mayoría insuficiente y de estar obligado a tejer los consensos necesarios para las iniciativas que el país necesita. Pero precisamente esa condición de Parlamento fraccionado ya obligó a los grupos a negociar acuerdos de investidura, tanto de PSOE con Ciudadanos como de PP con Ciudadanos, y ése no es un trabajo baldío, sino muy aprovechable. En esos pactos entrelazados y transversales hay conexiones y sintonías programáticas que deben allanar el camino de los gobernantes y legisladores. En esos acuerdos, que luego habrá que desarrollar, está reseñadas negro sobre blanco una buena parte de las reformas que es imperativo acometer para no perder el tren ni desperdiciar la ocasión de prosperar y para crecer en una coyuntura de bonanza económica innegable. Populares, socialistas y Ciudadanos tienen, obviamente, diferencias, algunas insalvables, pero cuesta entender, y mucho menos justificar, que ese guión de propuestas compartidas no deba sentar las bases de una legislatura fructífera.