Cláusula suelo

El delicado equilibrio de la ley hipotecaria

La reforma del sistema hipotecario que ha presentado el Gobierno tiene, cuando menos, la virtud de que afronta sus disfunciones más palmarias –como el desequilibrio entre el deudor y el acreedor–, agiliza y da transparencia a las subastas, reduce intereses de demora y abre el cerrado campo de las tasaciones sin dañar con ello el principio de seguridad jurídica de los acuerdos hipotecarios, lo que llevaría a la quiebra al mercado. Un delicado equilibrio que, sin duda, merecería un mayor apoyo de los partidos de la oposición.