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Francia pone en su sitio al separatismo catalán

La democracia tiene el derecho y el deber de defenderse de aquellos que pretenden subyugarla. Atentar contra el orden constitucional es hacerlo contra el bienestar de los ciudadanos y conviene no relativizarlo. En Francia no lo han hecho. Las autoridades galas han pedido en los tribunales la disolución de una asociación independentista catalana del sur del país que pretendía organizar una consulta paralela a la de Mas el 9-N. París ha actuado con responsabilidad y contundencia en defensa de la legalidad y, por tanto, del interés general.