Huelga de taxis

Más sensatez y menos estridencias

Los taxistas de Madrid cumplieron su cuarta jornada de paros sin apearse de la retórica del chantaje, la violencia y la intolerancia. Es más, amenazaron con redoblar su presión a las administraciones con encadenamientos y huelgas de hambre. En lugar de reflexionar y apostar por un diálogo sensato que busque soluciones para todos los implicados, y no sólo para una parte, se insiste en el discurso de la fuerza y la intransigencia. Y así será imposible hallar una salida por mucho que Carmena instrumentalice la disputa.