Sánchez debe oír a las víctimas de ETA

Pedro Sánchez ha anunciado en Berlín que está dispuesto a acercar a los presos de ETA al País Vasco. Es una decisión trascendente que debería tomarse con más calma y, sobre todo, manteniéndola al margen de sus negociaciones con el PNV. Los presos no deberían ser moneda de cambio, y menos de unos acuerdos que no han sido explicados públicamente. El presidente del Gobierno debe actuar con visión de Estado –y no olvidar comparecer en el Congreso– y, además, con sensibilidad hacia las víctimas. El argumento de Sánchez es que ETA fue derrotada. Así es, pero su herencia totalitaria siguen sufriéndola las víctimas.