Una UE insolidaria ante la inmigración ilegal

El fracaso de la cumbre de Luxemburgo sobre el «reparto» obligatorio de demandantes de asilo pone sobre la mesa el desinterés de los países del norte del continente ante un problema que consideran ajeno. Frente a la inacción, el ministro Jorge Fernández Díaz ha propuesto «una política de retornos» que impida que la UE lance un «efecto llamada» a la inmigración ilegal. Una postura valiente y activa de uno de los países-frontera que padece en sus costas este drama y que sólo el pasado año gestionó más de 10.000 solicitudes.