Opinión

Hoy: Fiesta del ICM, la clave para acabar con la guerra

Cuando la amenaza de una Tercera Guerra Mundial es una realidad en Ucrania y Gaza, como polos de referencia de ella, el riesgo de una Tercera como las dos anteriores, es muy elevado

Cuando la amenaza de una Tercera Guerra Mundial es una realidad en Ucrania y Gaza, como polos de referencia de ella, el riesgo de una Tercera como las dos anteriores, es muy elevado. Si la Segunda acabó con la bomba atómica sobre Japón, no es difícil imaginar lo que podría ser hoy 79 años después, con el desarrollo alcanzado por el armamento nuclear. Literalmente, un final apocalíptico con la eliminación de gran parte de la humanidad y una incalculable destrucción material del Planeta. La crisis de los misiles en Cuba de 1962, puso al borde de una guerra de esas características al mundo con el enfrentamiento entre EEUU y la URSS, con Kennedy y Kruschev al frente, y es una referencia necesaria para comprender el riesgo de hoy con esa capacidad de destrucción ya generalizada entre más países. Hoy, el riesgo es multipolar, que ya sabemos, es el nuevo orden mundial en juego. Ante la incapacidad de controlar todos los elementos en disputa que pueden precipitarse –por error o voluntariamente–, es preciso apelar a aplicar, bien por convicción, o por interés y necesidad, medidas no solo humanas para evitarlo. Hoy, fiesta del ICM, es un día especialmente adecuado para recordar que para impedir la Segunda Guerra Mundial vino a Fátima la Virgen en 1917, mientras en el mundo estaba en pleno desarrollo la Primera. Y que para evitarla pidió la conversión de la Humanidad, y en su defecto «la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón por medio del Papa en comunión con todos obispos del mundo». No se le hizo caso y sucedió lo que es sabido. Años después en 1981, la tensión entre las dos superpotencias amenazaba con hacerla realidad nuevamente y San Juan Pablo II sufrió un grave atentado el 13 de mayo, fiesta de la Virgen de Fátima y supo captar el sentido de esa coincidencia y se decidió a hacer la Consagración en 1984. La respuesta del Cielo fue muy clara, y Ronald Reagan y Gorbachov firmarían en Washington el 8 de diciembre de 1987 el primer tratado de limitación de armas nucleares estratégicas. En 1989 caerá pacíficamente el Muro de Berlín y en 1991 desapareció la URSS: también en un 8 de diciembre. El Inmaculado Corazón de María es el Corazón de la Inmaculada Concepción, y el 8 de diciembre es la fiesta de la Inmaculada. En los designios de la Providencia no hay «meras» coincidencias dijo entonces Juan Pablo II, y convendría se tuviera en cuenta ahora, por convicción o por necesidad. Rusia y la guerra remiten directamente a Fátima y a la devoción al ICM para conseguir la paz.