Al portador
MacArthur, Trump y Sánchez
«Sánchez, si es desalojado de la Moncloa, pretende recuperar la presidencia y ser el primero en la democracia en lograrlo»
Douglas MacArthur (1880-1964) era el general al mando de las fuerzas norteamericanas en extremo Oriente, con base en Filipinas, cuando las tropas de Hitler asolaban Europa. El 8 de diciembre de 1941, un día después del ataque a Pearl Harbour, los japoneses destruyeron la práctica totalidad de la aviación USA que estaba en Manila y se lanzaron al control del archipiélago. MacArthur tuvo que refugiarse, primero en la isla de Corregidor y luego, por orden del presidente Roosevelt, trasladarse a Australia para dirigir una futura contraofensiva. Fue entonces cuando pronunció su célebre «Volveré», «I shall return». Tardó casi tres años, pero en octubre de 1944 volvió a pisar suelo filipino.
Pedro Sánchez, antes del debate en Atresmedia con Núñez Feijóo, barajaba un plan «B» y un plan «C». El «A» es ganar las elecciones, algo que defiende que es posible, pero en lo que no cree. Piensa, eso sí, que puede bloquear la situación tras el 23-J. Incluso sueña, gracias a la ley d’Hont, con una carambola que le permita articular una mayoría, todavía más Frankenstein que la actual, y seguir en la Moncloa. El último plan, el «C», que empieza trascender, consistiría en atravesar lo mejor posible «el infierno de la oposición» para volver a ser candidato en las siguientes elecciones. En ese caso, pretende ser el primer presidente de la democracia que deja de serlo y vuelve a la poltrona. Sánchez, ocurra lo que ocurra el 23-J, tendrá un grupo parlamentario, preparado por él mismo, de fieles, que cerrarán filas con él ante los intentos, que los habrá, de descabalgarlo de la dirección del PSOE. Sabe que ya hay movimientos en el partido para moverle la silla ante un previsible fracaso electoral. Nadie quiere significarse por ahora, aunque los enemigos internos en el partido, como diría Churchill, no son difíciles de identificar. Frente a ellos, Sánchez se atrincheraría con el grupo parlamentario y quizá volviera a apelar a la militancia, como cuando le ganó la secretaría general a Susana Díaz. Mientras tanto, fantasea con un último golpe de suerte el 23-J, pero si no ocurre, intentará, como Trump –por mucho que le moleste la comparación–, recuperar la presidencia y ser el primero que lo hace en España. No lo dice pero lo piensa: «Volveré». Trump lo intenta, pero el ejemplo es Mac Arthur.
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