El trípode

«De nuevo guerra en Europa»

La guerra en Ucrania lleva ya 15 meses de duración, lo que parece convertir a la operación militar «especial y limitada» en un conflicto bélico interminable

La guerra en Ucrania lleva ya 15 meses de duración, lo que parece convertir a la operación militar «especial y limitada» en un conflicto bélico interminable, y al que la opinión pública y publicada cada vez presta menos atención, lo que resulta comprensible ante la incapacidad de mantener una atención continuada durante tan largo tiempo. Tampoco es ajeno a ese creciente y aparente desinterés, la «desinformación» a la que se ve sometida la población, con tantos anuncios y previsiones sobre su estado y evolución, que el transcurso de los días pone en evidencia ante su irrealidad.

Uno de los más sonrojantes fue el que ponía el acento en la salud de Putin, achacándole todo tipo de enfermedades basadas en el color de la piel de su mano derecha aquejada de Parkinson, lo que presuntamente iba a motivar un derrocamiento del poder por parte de la oposición interna rusa. Ello agravado porque a su vez contrasta con el silencio sobre la situación evidente en la que se encuentra la salud de su homónimo en el bando Occidental, Joe Biden.

Ante esa situación son necesarios informes rigurosos de analistas cualificados para un diagnóstico mínimamente creíble. Uno de estos, fechado anteayer, es el Documento de Análisis que lleva por título «De nuevo guerra en Europa» elaborado por el Coronel de Artillería, Diplomado de Estado Mayor José Pardo de Santayana publicado por el IEES (Instituto Español de Estudios Estratégicos), dependiente del Ministerio de Defensa. Sin perjuicio de dedicarle próximamente más atención, recogemos algunas de sus conclusiones: «Rusia es un socio difícil y un enemigo peligroso…». «La guerra de Ucrania se ha convertido en un polvorín que cualquier día puede hacer saltar Europa por los aires». «Las incertidumbres son numerosas: ¿cuánto durará la guerra?, ¿qué hará Rusia?, ¿qué pasará con la economía?, ¿qué ocurrirá en las próximas elecciones en EE UU?, ¿cuál debe ser la respuesta a la invasión rusa?». Y prosigue el autor: «Escalar el conflicto para expulsar a las tropas rusas de todo el territorio ocupado, incluido Crimea, sometería a Europa a un alto riesgo nuclear».

Ante ese escenario, señala la posibilidad de optar por el mal menor de enfriar el conflicto para «volver a un panorama de seguridad en Europa que recordaría a la Guerra Fría». Exactamente la Guerra que acabó hace más de treinta años con la caída del Muro de Berlín y la implosión de la URSS. Finaliza el documento así: «Nos queda por delante una década decisiva en la que viviremos peligrosamente». Apostamos por Fátima o por la guerra.