Insensateces
Pesaos
Entre todos le hemos hecho la campaña a Vito, esa es la verdad
Imagino que, a estas alturas, ya saben Vds. que el Congreso ha aprobado una reforma del Reglamento que permite a la Mesa establecer los criterios para conceder credenciales a los periodistas que cubren la actividad parlamentaria, renovarla o directamente, retirarla. Esta reforma obliga a los informadores a respetar las normas de cortesía y las directrices de la Cámara, lo que ha sembrado cierta inquietud entre aquellos que temen que sea el inicio de otras medidas encaminadas a censurar o a vetar a algunos periodistas críticos. Todo ello tiene consecuencias con un nombre propio sobre todos los demás, que es el de Vito Quiles, que antes trabajaba en EDATV, luego militó en «Se acabó la fiesta» y ahora lo hace para sí mismo y sus canales en redes. Donde hay un follón, ahí está Vito. Donde puede haberlo si se calienta de más, ahí está Vito. Vito estaba entre la gente de Desokupa en Torre-Pacheco, ataviado con su gorrita. Vito se dedica también a decirle a algunos de sus compañeros que sus medios están subvencionados por el Gobierno de Pedro Sánchez. Vito pregunta una y otra vez a Patxi López. Vito le saca de quicio.
El problema de Vito Quiles no es que sea incómodo: es que es un pesao. Y en eso radica su estrategia «periodística», en ser muy cansino, repetitivo, en no dejar hablar al que, presuntamente, quiere entrevistar y en parlotear tips aprendidos sin respirar. En abordar siempre a sus objetivos por la calle, en un pasillo, o en la puerta de sus casas, donde los sabe vulnerables. Todos los pesaos del mundo deberían reunirse y protestarle a Vito Quiles por haber ocupado sus espacios, por haberles pasado por la izquierda (qué chiste) sin pedir permiso, por haberles ganado el pulso a todos en el campeonato de pesaos.
Entre todos le hemos hecho la campaña a Vito, esa es la verdad. Le hemos hecho un hombrecito. Quizá sea sólo un paso más en esto que ya hemos normalizado. Plasmas, comparecencias en sala de prensa sin periodistas, o con periodistas pero sin preguntas. Comparecencias donde siempre se les da voz a los mismos y se ignora a los mismos de siempre. Y, ahora, un pesao siendo una estrella.
Pa habernos matao.