Sin Perdón

Los ridículos socios de Sánchez

La degradación institucional no puede ser mayor

Como es habitual leí con gran interés la carta de Sánchez a los militantes socialistas. Les pide que participen en una consulta para validar que compre los votos de los independentistas a cambio de la amnistía y otras concesiones que mantiene en secreto. El resultado es muy previsible. El texto es la habitual basurilla ideológica de la izquierda política y mediática. Esta descalificación se la ha ganado a pulso. No hay más que leerlo y preguntarse cómo pudimos sobrevivir los españoles tanto tiempo sin gozar de la suerte de su excelsa presidencia. Éramos nada y lo que somos ahora es gracias a él. En el texto afirma que un gobierno del PP y Vox, aunque Feijóo iba a gobernar en solitario, nos haría retroceder décadas en unos pocos años. No ha sucedido en Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña, Portugal y tantos otros países europeos donde ha gobernado la derecha. No me sorprende la mentira, sino lo soez y grotesca que resulta. He de reconocer que esperaba un ejercicio más serio y riguroso para descalificar a sus adversarios. Es todo de brocha gorda, aunque supongo que el sanchismo no es capaz de elaborar algo de mayor calidad intelectual. Es lo que hay.

Al margen del contenido de ese texto o del disparate de afirmar que el 80 % de la sociedad catalana quiere la amnistía y supongo que nos reconozcan como nación, nos paguen la deuda y se humille a España con un relator, no incluye que sus socios son lo peor de cada casa. Lo comprobaremos con su ausencia en el solemne acto de juramento de la Constitución por la princesa de Asturias. No entro en la permanente manipulación utilizando el espantajo de la ultraderecha, porque es la única opción que tiene para movilizar a la izquierda y esconder sus escandalosas cesiones, sino en que los independentistas, los antisistema y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA no acuden a este importante acto institucional. La España idílica que presenta Sánchez, que influirá decisivamente en el mundo bajo su égida, estará en manos de sus enemigos. La degradación institucional no puede ser mayor.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)