Al portador

Sánchez, «tú vales mucho» y los consejos cómplices

Ahora incluso Financial Times y The Economist lo dan por amortizado y le irrita porque afecta a su imagen europea

Niceto Alcalá Zamora (1877-1949), conservador, fue el primer presidente de la Segunda República entre 1931 y mayo de 1936, cuando fue destituido, en el mejor de los casos, de forma poco ortodoxa. Trabajó para crear y consolidar una opción política republicana de centro-derecha, pero fracasó. Quizá hubiera cambiado la historia de España. Ya exiliado, anatemizado y expropiado de sus bienes por el franquismo escribiría, con su estilo ampuloso y alambicado, que «cuántos males evitaría en la vida el consejo si no se pidiera como complicidad y no se diera como halago». El 28 de mayo, tras la derrota socialista en las elecciones autonómicas y municipales, en la noche más triste de Sánchez en la Moncloa, cuentan que el presidente escuchó cómo le susurraban aquello de «tú vales mucho», «tú solo, aportas tres o cuatro puntos al PSOE y con eso ganas las elecciones». «Tú vales mucho» aparece ya en el profeta Isaías (765AC-695AC), aunque la cita completa es «tú vales mucho para mí» (43:4-6). En fechas más recientes, en España se popularizó después que se lo dijeran a Carmen Maura, en 1981, en el programa televisivo de Fernando García Tola (1945-2003). Aquello hizo gracia y se extendió, aunque la frase íntegra, «nena, tú vales mucho», ahora estaría cancelada, condenada y denigrada por machismo. Eran otros tiempos.

Dicen también que fueron «los migueles», sobre todo Barroso, con el apoyo de Contreras, los que aquella noche aciaga susurraron al líder PSOE y le reafirmaron en su tirón electoral, a pesar del batacazo autonómico y municipal del que no se sentía responsable. Él no había hecho campaña y si la hacía todo cambiaría. El histórico «síndrome de la Moncloa», que aleja a los inquilinos del palacio presidencial de la realidad, campaba otra vez a sus anchas. Cuentan además que, enseguida, el inefable Tezanos se apresuró a confirmar el valor del factor Sánchez en una campaña, todo sustentado, claro, en ese «Modelo Bifactorial Inercia-Incertidumbre Alaminos Tezanos», que arroja unos resultados demoscópicos únicos y, para muchos expertos, también inauditos. Apuntan, por último, que Sánchez acudió sobrado al cara a cara con Feijóo porque conocía por anticipado la encuesta del CIS que se publicó el jueves y que volvía a colocarle en cabeza. Quizá por eso naufragó, sobre todo en el post-debate, y ahora incluso Financial Times y The Economist lo dan por amortizado y le irrita porque afecta a su imagen europea. Es el riesgo de pedir consejos cómplices y recibir halagos, como advertía alguien que lo sufrió, Alcalá Zamora.