Al portador
Sudokus y dilemas para Feijóo
«Perfil para el/la responsable económico/a si gobierna el PP: temple para decisiones difíciles, idiomas y manejo en Bruselas»
Olov Palme (1927-1986), primer ministro sueco durante más de diez años hasta que fue asesinado, gran referente de la socialdemocracia europea, era amigo y consejero de Felipe González. El socialista español siempre recordó que su colega le recomendó que, sobre todo, tuviera un buen ministro de economía. «Todo Gobierno –le dijo, con una frase luego usada por Solbes– es una coalición entre el ministro de Hacienda y los demás. En caso de enfrentamiento dale siempre la razón al de Hacienda». Alberto Núñez Feijóo, que todavía no ha llegado a la Moncloa y tendrá que bajarse del autobús para lograrlo –en política siempre hay partido hasta el último día–, tiene intrigada a la afición y a sus detractores con los nombres que baraja para, si gobierna, dirigir la economía. La primera incógnita es si lo tiene decidido, aunque no lo sepa ni el interesado/a, o si no ha terminado de deshojar la margarita. Ahora tiene otras urgencias, como resolver el sudoku enrevesado y esperpéntico que le han organizado los más radicales y retorcidos de Vox, gracias a la impaciencia y a la inexperiencia –cualquier otra cosa sería peor– del valenciano Mazón y sus efectos secundarios, que pueden provocar repetición de elecciones, en Extremadura por ejemplo. Hay dos personajes taimados que destacan en este «cuanto peor, mejor» de Vox: Ignacio Gil Lázaro en Valencia y Jorge Buxadé. El primero pasó de la universidad a un escaño de Alianza Popular y luego del PP hasta que lo apartaron de las listas. Entonces se fue a Vox; el segundo, peregrinó por candidaturas falangistas hasta hallar su sitio al lado de Abascal. Feijóo anda ahora demasiado remangado con el sudoku de Vox para dar pistas sobre su equipo económico. Juan Bravo reúne a algunos economistas –Lacalle, Izquierdo, Rotellar, Ruiz Jarabo, Bernaldo de Quirós, entre otros–, casi todos liberales, y el líder del PP también los ve. Poco más. El ministro/a de economía, que no saldrá de ahí y tampoco sería Garicano, tiene que tener temple para tomar decisiones difíciles, saber idiomas y conocer los vericuetos de Bruselas. Indicio. Pablo Vázquez va en las listas. También es probable que Juan Bravo fuera a Hacienda si gobierna el PP y entonces Feijóo, sin desautorizar a ninguno, a la gallega, quizá tendría que darle la razón como aconsejaba Palme.
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