La situación

La tentación de Trump

«La democracia le resulta un estorbo y podría querer cambiar sus fundamentos»

Hace algunos meses, ya metido en campaña, Donald Trump ofreció un mitin en el estado de Iowa. Allí, enamorado de sí mismo -como siempre-, recordó una entrevista que le había hecho un amigo periodista en su cadena favorita, Fox News. El entrevistador le dijo: «Si gana las elecciones, no será usted un dictador, ¿verdad?». Obsérvese que la pregunta es pertinente tratándose de Trump, porque ese mismo periodista no hubiera preguntado tal cosa a ningún otro aspirante. Solo Trump genera la sospecha de que pudiera tener una tentación dictatorial. Está en su naturaleza.

Semanas después, Trump recordó orgulloso ante sus hooligans cuál había sido su respuesta: «No, no, no… salvo el primer día». Reconocer su voluntad de ser un dictador durante el primer día de su mandato debería inhabilitar a cualquier candidato, porque ni siquiera el cien por cien de los votos le concedería esa condición de hacer lo que le diera su real gana durante 24 horas. Pero Trump -ufano, engreído y arrogante, como solo él sabe ser-, ha vuelto a evidenciar su tentación dictatorial esta semana. Ante un auditorio de votantes cristianos, el aspirante republicano dijo que debían ir a votar este mes de noviembre porque «no tendréis que volver a hacerlo nunca más; lo haremos tan bien que ya no tendréis que ir a votar».

Dado que no quiso dar ninguna explicación suplementaria sobre sus intenciones, cada cual puede extraer las conclusiones que le parezcan oportunas. La más benévola es que si Trump gana en noviembre de 2024, ya no podrá ser candidato en 2028, porque la Constitución de Estados Unidos solo permite dos mandatos, aunque no sean consecutivos.

Pero hay otra sospecha más evidente, que se fundamenta en la simple observación de los comportamientos habituales de Donald Trump: la democracia le resulta un estorbo y podría querer cambiar sus fundamentos. Ya lo demostró cuando perdió en 2020. Y repitió al alentar a sus huestes a asaltar el Capitolio, el 6 de enero de 2021. De hecho, Trump sigue considerando que aquellos golpistas son unos héroes, y pretenderá rehabilitarlos si en noviembre consigue los votos suficientes para volver a la Casa Blanca.