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Periodismo y autoempleo

El pasado viernes, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González, aseguraba, durante su ponencia en el curso «Los desafíos éticos del periodismo en la era digital», que «el futuro de la profesión pasa por el emprendimiento y la especialización», porque «la solución está en nosotros mismos».

Y, sin duda, nunca antes como ahora, los periodistas hemos tenido tantas opciones para emprender dentro de nuestra profesión. Si hasta hace unos años la única posibilidad era convertirse en un «freelance», elección que, salvo contadas excepciones, suponía vivir haciendo equilibrios en el alambre de la incertidumbre, ahora las nuevas tecnologías han abierto puertas antes siquiera imaginables.

Como aseguraba Elsa González, la tecnología ha facilitado el emprendimiento y la posibilidad de crear medios para ejercer un periodismo responsable y riguroso. Porque ahora es el periodista el que ofrece sus servicios. Al rebufo de las redes sociales y la presencia de las empresas en la red, el mercado ha demandado nuevos oficios 2.0: community manager, responsable de identidad o de imagen corporativa, «social media strategist», «content manager», «social media manager», «watchman...» profesiones que, en ocasiones, se sitúan a medio camino entre la comunicación y el marketing.

En el transcurso de su intervención, titulada «Ser periodista en la era del periodismo digital», Elsa González mostró su convencimiento de que es preciso redefinir el modelo informativo digital, desde el punto de vista del negocio, para que sea más competitivo; y desde el punto de vista de los contenidos, para fortalecer la fiabilidad. «Los periodistas necesitamos a los editores, pero ellos precisan de la calidad de nuestros contenidos. Es una relación simbiótica, interesada», asegura.

Pero por mucho que los expertos sigan diciendo que la esencia del periodismo no ha cambiado, que el periodismo sigue siendo necesario... En realidad, todo ha cambiado. Internet y, sobre todo, las redes sociales, lo han cambiado todo. Cada vez más, los periodistas tienen nombre propio, seguidores propios y detractores propios. Y eso, aunque aún no se ha conseguido rentabilizar, da a los periodistas una imagen de marca, más allá de los propios medios a los que pertenecen.

Retomando las palabras de la presidenta de la FAPE, estas circunstancias abren algunas perspectivas nuevas de cara al presente y al futuro de la profesión, como el hecho de que el periodista deberá aportar el plus de calidad que precisa la noticia para evitar el riesgo de que los medios digitales se confundan con las redes sociales o la necesaria especialización. Elsa González terminó su intervención con un mensaje de optimismo al afirmar que, en la actual situación, los periodistas «tenemos la oportunidad de ser arquitectos del futuro cercano de esta nueva sociedad mediática. La solución está en la red».

Y en este sentido, están surgiendo titulaciones, sobre todo de posgrado, que van en esta dirección, porque, pese al alto índice de paro que tiene el periodismo, el mercado necesita profesionales formados en las áreas digitales. Las empresas requieren expertos en comunicación que dominen las estrategia on-line para llevar a cabo tareas de redacción para web, blogs o redes sociales, y que entiendan de nuevos modelos de negocio. Y es en esos nichos de mercado donde hay salida.