Sin Perdón
El tsunami popular
«Feijóo consigue una victoria que es una humillación para su rival, que había planteado estas elecciones como un plebiscito»
No ha sido una ola, sino un auténtico tsunami que ha provocado una debacle territorial para el PSOE. Es una derrota, clara y sin paliativos, para Sánchez. Han regresado las grandes noches electorales populares, como sucedió con la victoria de Ayuso en 2022. La izquierda política y mediática quedó desolada ante la contundencia de la victoria del centro derecha. Por supuesto, con unos análisis excéntricos se referían, como es habitual, a que el PP tendrá que gobernar en algunas autonomías y capitales de provincia con Vox. Es curioso que cuando afecta al PSOE y sus pactos con Podemos no hagan referencia a la ultraizquierda, los comunistas o los antisistema. Es una coherencia que pone de manifiesto un sectarismo que atenaza la capacidad de interpretar la realidad política. Feijóo consigue una victoria que es una humillación para su rival, que había planteado estas elecciones como un plebiscito. Por otra parte, es evidente que el líder del PP suma a sus candidatos y que la marca esta muy fuerte en contraposición con Sánchez y el gobierno socialista comunista que han restado a los suyos.
Los votantes del PP han mostrado que se sienten orgullosos del proyecto que encabeza Feijóo. Es, claramente, un cambio de ciclo, porque no solo es el éxito alcanzado en las autonomías y en las capitales, sino, también, por el voto global en las municipales ya que se trata de una clara diferencia entre los dos principales partidos. Ayuso logró una emblemática mayoría absoluta que muestra las miserias de la izquierda. Podemos cosecha un desastre espectacular al igual que Ciudadanos que camina a la desaparición. Es el final de un proyecto que generó que algunos de sus líderes fueran prepotentes e inmaduros. No supieron gestionar su éxito y se despeñaron hasta este desastre final. Estas dos formaciones, que representaban la nueva política, se han descompuesto. Es bueno recordar la catastrófica gestión de Iglesias y sus acólitas. Es un líder que consiguió crear una crisis interna tras otra provocando depuraciones hasta perder una buena parte del apoyo electoral que había conseguido. En cualquier caso, el gran perdedor es Sánchez.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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