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La ira de Hollywood: «La próxima vez te mataré»

Lawrence Olivier, a punto de acabar con Vivien Leigh. La amante del actor, Sarah Miles, revela detalles de la turbulenta relación entre éste y su esposa

Vivien Leigh estuvo casada veinte años con Lawrence Olivier
Vivien Leigh estuvo casada veinte años con Lawrence Olivierlarazon

Lawrence Olivier y su amante, Sarah Miles, compartieron la complicidad de aquellos que tienen en su piel las mismas cicatrices. Cuando se conocieron, él estaba más que acostumbrado a que su mujer, Vivien Leigh, se quitase compulsivamente las joyas que llevaba y, sin ninguna razón aparente, se tumbase sobre la mesa de su mansión, a sus paseos nocturnos fruto del insomnio, a los celos enfermizos y a las continuas amenazas de suicidio. Las peleas eran continuas entre la pareja y la violencia fue poco a poco adueñándose de la relación, hasta que en un episodio Lawrence estalló y empujó a su mujer contra la chimenea. El actor creyó que la había matado y, cuando se dio cuenta de que Vivien seguía viva, la espetó: «La próxima vez, te mataré». «Él acabó desequilibrado por ella», defiende Sarah en un artículo publicado por el «Daily Mail». En éste, la también actriz trata de defender «la verdad de Larry tal y como yo la conozco», después de que recientemente se hayan difundido las cartas, diarios y notas de la estrella de «Lo que el viento se llevó», y de que la opinión pública inglesa la considere como víctima de un hombre iracundo.

Depresiva, esquizofrénica y ninfómana

Pasaron veinte años juntos a la vez que cumplían con sus respectivos matrimonios, pero el primer destello de complicidad entre Olivier y su amante, también actriz, surgió durante uno de los ensayos de «Las brujas de Salem», de Arthur Miller, cuando él se preocupó por el cansancio de la joven. «Mi compañera de piso tiene depresión, esquizofrenia y ninfomanía», explicó la joven Sarah. Olivier abrió los ojos sorprendido y le respondió: «Menuda coincidencia». Más tarde le revelaría que su mujer, con la que estuvo casado desde 1940 hasta 1960, padecía esas tres enfermedades.

Según la actriz, Larry era un caballero y nunca habló de la adicción al sexo de su mujer. Pero afirma tener constancia de que, además de ser infiel a su marido, Leigh hacía lo posible para que sus deslices coincidieran con el regreso a casa de Lawrence. Aunque, reconoce, «el actor no siempre olió a rosas».