Afganistán
Lorena, el corazón del centro de amputados de Maza
Un paciente asesinó a tiros a la cooperante española de Cruz Roja en Afganistán
Un paciente asesinó a tiros a la cooperante española de Cruz Roja en Afganistán.
A Lorena Enebral Pérez lo que realmente le gustaba era ayudar a los más necesitados. Toda la trayectoria profesional de esta fisioterapeuta fue encaminada a este mismo fin, ya fuera en Tanzania o en Afganistán, donde trabajaba desde mayo de 2016 en el centro de rehabilitación de Mazar-e-Sahrif gestionado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Elena Enebral fue ayer asesinada a balazos presuntamente por un paciente, que, según la prensa del país, fue arrestado.
Ayudaba a hombres y mujeres que habían perdido sus brazos o sus piernas, pero si algo le llenaba era velar por los niños, tanto si tenían una discapacidad física como intelectual. «Considero que la calidad y calidez en el trabajo que realizo son fundamentales y una de mis virtudes más destacadas», escribió en Linkedin. Una faceta que todos veían en ella. «Lorena, con toda su energía y alegría, era el corazón de nuestra oficina en Mazar. Estamos devastados», manifestó vía comunicado Monica Zanarelli, jefa de la delegación del CICR en Afganistán. Sus compañeros recuerdan de ella su gran sonrisa y su actitud radiante, algo que ni las más cobardes balas harán olvidar a los que la conocieron.
«No puede ser verdad... Lorena era una persona única, siempre dedicada a su pasión, cuidar a los más necesitados. Se nos ha ido en Afganistán tiroteada por un fanático cuando hacía uno de sus sueños realidad, trabajar sobre el terreno contratada por Cruz Roja. ¿Porqué se van siempre los mejores? Hoy Holystic ProAfrica está de luto. Todo nuestro amor para ella y para todos aquellos locos que entienden el voluntariado en su máxima expresión», escribían en Facebook desde Holystic ProAfrica. Es una ONG que vela por los niños con discapacidad de Etiopía. Lorena visitó en 2015 su clínica de fisioterapia en Wukro. Entonces le agradecían por esta misma red «su gran apoyo en los últimos meses para sacar adelante nuestros proyectos de formación en fisioterapia pediátrica en la Universidad de Gondar».
Sus padres recibieron la terrible noticia en su pueblo, Valleruela de Pedraza (Segovia). Ayer era «precisamente la fiesta del pueblo y habían venido para la procesión. Se enteraron allí», explicó a este periódico la dueña de la Casa Rural Mi Rinconcillo. «Sus padres –prosigue– se fueron a vivir a Madrid. Aunque ya no venía mucho, sí lo hizo el verano de 2016. Éste no. Era todo felicidad y dulzura. Sólo miraba por los demás. Lo que le gustaba era ayudar». De ahí que la lista de mensajes enviados por redes sociales agradeciendo su labor después de que Cruz Roja hiciera público el nombre de la cooperante no se hiciera esperar: «Tú que diste la vida por la paz. Nos dejas un hueco irreemplazable», escribía Mercedes Colubi. Sus compañeros de CICR lamentaban su pérdida y recordaban que los trabajadores humanitarios «No son un objetivo».
Tres días antes del asesinato de Lorena, otro cooperante fue asesinado al sur de Sudán: Lukudu Kennedy Laki Emmanuel. Un año muy duro para CICR, ya que en febrero pasado seis cooperantes murieron asesinados en Afganistán y dos compañeros fueron secuestrados. Hecho por el cual todas «nuestras actividades en Mazar fueron suspendidas, con la excepción de este centro de rehabilitación física, que siguió trabajando», explicó a este periódico Jennifer Tobías, portavoz de CICR.
«La semana pasada logramos la liberación de los dos compañeros que fueron secuestrados durante el mismo ataque en febrero. Ahora mismo es demasiado temprano para sacar conclusiones, necesitamos evaluar la situación y decidir cómo proceder más adelante», concluyó.
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