Asturias

Una vida «normal» para Leonor y Sofía

Las preocupaciones básicas de Don Felipe y Doña Letizia son que las infantas sean educadas, que sepan comportarse, que lean y que hablen idiomas

Una vida «normal» para Leonor y Sofía
Una vida «normal» para Leonor y Sofíalarazon

El 31 de octubre de 2005, cuando nacía Leonor de todos los Santos en la clínica Rúber de Madrid, jarreaba sobre Madrid igual que el día que sus padres se casaban en la catedral de la Almudena. El agua les trae suerte a la familia Borbón-Ortiz porque el segundo eslabón de la cadena dinástica, que recibe tratamiento de Alteza Real e Infanta y que será la XXXVI princesa de Asturias de la historia monárquica española, es una cría sana y espabilada, igual que su hermana Sofía, que nacía en la misma clínica pero el 29 de abril de 2007, con el mismo tratamiento pero ocupando el tercer eslabón.

Ambas niñas han seguido el mismo proceso de escolarización. A los dos años, han comenzado su socialización en la escuela infantil de la Guardia Real en El Pardo, a un par de minutos del palacio de la Zarzuela y en un entorno sanísimo como es el monte del Pardo. De ahí, tanto Leonor como Sofía, han sido matriculadas en el colegio laico y mixto, Santa María de los Rosales, en Aravaca, también a pocos minutos de su casa. Un colegio que cada principio escolar invita a los padres a conocer las instalaciones, desde las aulas hasta las cocinas. De ahí surgió la noticia de que la princesa, en su afán por conocerlo todo, se había metido hasta en las cocinas del colegio. Lo hizo en esas jornadas de puertas abiertas como todos los padres que quisieron. Lo que también es frecuente es que recoja o lleve a las niñas al colegio, e incluso, que quede con algunas madres en tomar algo por la zona o se acerque con las niñas a disfrutar de un helado a una heladería italiana del antiguo pueblo de Aravaca. Curiosamente, el mismo local que frecuentaba su padre cuando era estudiante y se quedaba en clases extraescolares de teatro, hasta que el equipo de seguridad le pidió al profesor que los acompañaba, que se tomaran el refresco en el colegio porque esas salidas salían muy caras.

Ahora, Letizia llega con sus hijas a la heladería y piden sus helados de yogur con dulce de leche, otras veces de mandarina o de fresa, lo pagan, se lo toman y se van con la misma normalidad que llegaron. Unas veces hacen planes los cuatro juntos, más su equipo de seguridad y recorren lugares emblemáticos de España, como el parque natural de Gata, La Alhambra o Almagro con su corral de comedias. También les gusta el senderismo y salen muchos fines de semana por los alrededores de Madrid para hacer rutas por la sierra durante un par de horas. Otras veces hacen plan de chicas y van al cine, a ver películas en versión original o viajan las tres con sus primas Carla y Amanda, hijas de Erika y Telma Ortíz y la abuela Paloma Rocasolano. Portugal y como no, Asturias son lugares por los que perderse.

Que sean educadas, que sepan comportarse, que lean y que hablen idiomas son preocupaciones básicas de Felipe y Letizia con sus hijas. De momento, tienen una nanny inglesa y una abuela paterna, que les hablan en inglés. No hablan chino, ni tampoco lo estudian, en todo caso, el siguiente idioma que se plantean en su plan de estudios sería el francés. Tampoco cuentan con profesores de refuerzo, como tuvieron su padre y sus tías Elena y Cristina, porque de momento no los necesitan. Tampoco tienen un grupo de tutores que hayan establecido un plan de estudios para la heredera del heredero, pero sí unos padres rigurosos que quieren un plan de vida para sus hijas lo más «normal» posible dentro de las limitaciones que tienen, ya que están obligadas a llevar seguridad siempre. Disfrutan de muchos privilegios pero también de obligaciones e impedimentos aunque sus padres están empeñados en que sean las menos posibles. No quieren que ellas se sientan especiales. Sirva un ejemplo, a la medida de su edad, ellas no pueden disfrutar de las divertidas fiestas en las piscinas de pelotas, ni tampoco quedarse el fin de semana en casa de una amiguita.

El Rosales, meses antes de que ingresara Leonor, se preparó para recibirla, el rasgo más evidente fue el cambio de muro, pasó de la tela metálica oxidada con hiedra, que aún permanece en la parte de adultos, a un muro de ladrillo de varios metros de alto con cámaras de vigilancia exterior. Aunque las infantas cuentan con su propia seguridad exterior e interior e incluso, del subsuelo, es frecuente la inspección de toda la red de alcantarillado que bordea el colegio.

Primer acto oficial

El colegio es laico pero ofrece a los padres la posibilidad de preparar a los niños para hacer la comunión, que en ese colegio se recibe muy tarde, a los diez años, de ahí que Leonor no haya empezado a prepararse y no sería raro que, dado que las hermanas se llevan tan pocos meses, hagan la comunión juntas. El príncipe contó con un grupo de tutores que estableció su plan de estudios y de formación militar. Leonor, aún no cuenta con esa «celula» de tutores, pero conociendo a los padres, seguro que algún tipo de formación militar tendrá que hacer, ya que en un futuro será Capitana de las Fuerzas Armadas y si con las infantas Elena y Cristina, no hubo ninguna supervisión, es posible que con Sofía, sí se tenga en cuenta su preparación en previsión de una "eventualidad".

El primer acto oficial de don Felipe, sucede cuando don Juan Carlos, es nombrado rey en las Cortes, noviembre de 1975. Felipe tenía casi ocho años y vestía traje de chaqueta oscuro. Al cumplir Leonor los ocho años, sus padres han pensado que era el momento de que las niñas hicieran su primera aparición oficial en un acto institucional, más allá de los dos o tres posados oficiales que hacen al año. El lugar escogido, la Academia de San Javier, eso sucedía el pasado 2 de mayo, día de fiesta escolar que coincidía con el 25 aniversario de la promoción del príncipe Felipe. Leonor y Sofía no eran las únicas niñas que acudían al desfile y jura de bandera, muchos de los compañeros militares de su padre, también llevaban a sus hijos y con ellos estuvieron jugando durante el cóctel en San Javier.