Ciudad del Vaticano
El Papa asegura que su Pontificado «será breve»
Tras dos años al frente de la Iglesia, Francisco reconoce en una entrevista que podría seguir los pasos de Benedicto XVI
Humilde, sencillo, cercano, bromista y decidido. Éstos podrían ser algunos de los calificativos que le van como anillo al dedo al Papa Francisco. El primer Pontífice americano en ponerse a los mandos de la Iglesia ha cumplido dos años al timón de la barca de Pedro, de que una fumata blanca precediera al «Habemus Papam». Un aniversario que quiso celebrar de manera pública en la tarde de ayer confesando a algunas personas en la Basílica vaticana. Pero también, hablando a las cámaras de la cadena de televisión mexicana Televisa y respondiendo a la periodista experta en asuntos vaticanos Valentina Alazraki.
A lo largo de la entrevista de más de una hora, Bergoglio hace honor a esos adjetivos que, junto a otros muchos, hacen de su persona una de las más influyentes del planeta. El Pontífice no se amilana a la hora de abordar ciertos temas. Uno de ellos, el de su elección y la duración de su Pontificado, del que dice que «tengo la sensación de que va a ser breve, cuatro o cinco años, o dos o tres». Aunque los dos primeros ya han transcurrido, Francisco se sincera y comenta que «es como una sensación un poco vaga» y quizá la explicación es «como la psicología del que juega y entonces cree que va a perder para no desilusionarse después. Y si gana está contento, ¿no? No sé qué es. Pero tengo la sensación de que el Señor me pone para una cosa breve, no más y... Pero es una sensación. Por eso tengo siempre la posibilidad abierta, ¿no?». Incluso no rechaza la opción de seguir el camino abierto por Benedicto XVI y renunciar si fuera necesario. «Creo que lo que hizo el Papa Benedicto fue abrir una puerta. Hace setenta años, no existían los Obispos eméritos. Y hoy tenemos mil cuatrocientos. O sea, se llegó a la idea de que un hombre después de los 75, alrededor de esa edad, no puede llevar el peso de una Iglesia particular, en general», pero «creo que lo que hizo Benedicto con mucha valentía fue abrir la puerta de los Papas eméritos».
Entre las revelaciones que hizo se encuentran las vivencias el día de su elección. «Yo me vine con una valijita chica porque hice el cálculo, y dije: «el Papa no va nunca a asumir en Semana Santa». Además, «no estaba en ninguna lista de papables, gracias a Dios, pero ni se me pasó por la cabeza. En esto quiero ser sincero para evitar cuentos y eso». El que fuera entonces arzobispo de Buenos Aires era consciente de que «los periodistas decían que a lo más yo era un ‘‘kingmaker’’, que, bueno, un elector, un gran elector» y por eso «estuve en paz». Sin embargo, la realidad fue bien distinta. «Empezó la primera votación, el martes a la noche, segunda el miércoles a la mañana, tercera el miércoles antes del almuerzo (...) Hay candidatos ya, fuertes. Pero mucha gente (los cardenales) que no sabe dónde dar el voto. Entonces elige seis, siete, que son los votos depósito. Entonces yo deposito el voto en usted y, cuando veo ya quién va, se lo doy. Es como una ‘‘provisoriedad’’ (sondeo)». Francisco no tuvo reparos en reconocer que «sí, yo tenía algunos votos, pero depósito». Pero todo cambió. «Después pasó algo, no sé. En el almuerzo, yo vi algún signo raro. Me preguntan por la salud, esas cosas que... y ya cuando volvimos a la tarde, se cocinó el pastel. En dos votaciones se acabó todo. O sea que para mí también fue una sorpresa», reconoce el argentino en la entrevista.
En definitiva, dice sentirse contento y cómodo como Papa, aunque anhela la libertad con la que contaba antes. «Lo único que me gustaría es poder salir un día, sin que nadie me conociera, e irme a una pizzería a comer una pizza», porque «en Buenos Aires yo era muy callejero».
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