Visita histórica del Papa a Corea

El Papa: «Es legítimo detener a un agresor injusto, no bombardear»

Ante las acciones aéreas en Irak, Francisco propone «evaluar los medios» para frenar la guerra

El Papa, durante el vuelo de regreso a Roma
El Papa, durante el vuelo de regreso a Romalarazon

«Cuando hay una agresión injusta es lícito detener al agresor injusto, pero no bombardear, no hacer una guerra. Los medios deben ser evaluados», explicó Francisco,

No esquiva pregunta alguna. Responde tranquilo, con confianza. También con ingenio. Si tiene alguna duda o no tiene la respuesta, lo expresa con sinceridad. Y, sabedor de que sus declaraciones no dejan indiferente, Francisco quiso matizar ayer cada uno de los temas que se abordaron en la rueda de prensa durante el vuelo papal con el que dio por concluido su viaje de cinco días a Corea del Sur.

«Estoy dispuesto a ir a Irak»

«Estoy dispuesto a ir a Irak». Con esta contundencia se mostró el Santo Padre que apuntó como incluso con el cardenal Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos «dijimos que, si era necesario, después del viaje a Corea podía ir allí». Sobre las acciones aéreas en el norte de ese país, señaló que «en estos casos, donde hay una agresión injusta, sólo puedo decir que es legítimo detener a un agresor injusto», dijo. Sin embargo, aclaró que con ello no está respaldando acciones concretas, como los bombardeos selectivos que Estados Unidos ha llevado a cabo las últimas semanas contra las posiciones de los milicianos suníes en el norte de Irak. «Subrayo el verbo ''detener''. No estoy diciendo ''bombardear'' o ''hacer la guerra'', sino ''detener''. Los medios por los cuales puede ser frenada (una agresión injusta) deben ser evaluados», matizó. Además, consideró que «una única nación no puede juzgar cómo debe ser frenado un agresor injusto», apuntando que Naciones Unidas es el foro para abordarlo.

«¿A China? ¡Mañana mismo!»

«¿Que si quiero ir a China? ¡Pero claro! ¡Mañana mismo! Nosotros respetamos al pueblo chino. La Iglesia pide solamente la libertad para su ministerio, para su trabajo. Ninguna otra condición», aseguró Francisco al ser preguntado sobre si le gustaría visitar ese país con el que el Vaticano no mantiene relaciones diplomáticas. El Papa relató cómo fue testigo del momento en el que los pilotos pedían permiso para sobrevolar el espacio aéreo chino: «Después me despedí de los pilotos y volví a sentarme y recé tanto por ese hermoso pueblo chino: un pueblo sabio. Pienso en todos los grandes sabios chinos, pienso en la historia de ciencia, de sabiduría. También nosotros los jesuitas tenemos nuestra historia allí, con Matteo Ricci», explicó.

«La oración por la paz en tierra santa no fue un fracaso»

«La oración por la paz no fue absolutamente ningún fracaso. Estos dos hombres son hombres de paz, son hombres que creen en Dios y que han vivido muchas cosas feas, muchas cosas feas, y están convencidos de que la única vía para resolver los problemas es la de la negociación, del diálogo, de la paz», explicó sobre el encuentro que organizó en el Vaticano con Mahmoud Abbas y Simon Peres. El Papa considera «que la puerta está abierta. La paz es un don de Dios, que se merece nuestro trabajo, pero es un don. Y hay que decir a toda la humanidad que la mesa de la negociación es importante, pero también lo es la de la oración. Pero esto es coyuntural. Ese encuentro no era una coyuntura; es un paso fundamental de la actitud humana, una oración». A renglón seguido, subrayó que «ahora, el humo de las bombas y de las guerras no deja ver esa puerta, pero la puerta permaneció allí, abierta, desde aquel momento».

«Renunciaría como Benedicto»

El Papa señaló que también se plantearía la renuncia al pontificado si se viera sin fuerzas: «¿Y si yo sintiera que ya no puedo seguir? Haría lo mismo. Rezaré, pero creo que haría lo mismo». Además explicó al respecto que «aunque esta idea no guste a los teólogos», «el Papa emérito sigue siendo una institución porque nuestra vida se alarga y a una cierta edad ya no se tiene la capacidad para gobernar bien, porque el cuerpo se cansa». También habló de su relación con el actual Papa emérito, Benedicto XVI: «Nos vemos. Antes de partir fui a visitarlo. Dos semanas antes, me envió un escrito interesante y me pedía mi opinión. Tenemos una relación normal».

Luz verde para beatificar a Romero

El Obispo de Roma aseguró que no hay impedimentos para la beatificación del arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 durante una misa: «Romero es un hombre de Dios, pero ahora el proceso debe continuar y el Señor nos tiene que dar una señal. Los postuladores se tienen que mover porque no hay algún impedimento».

Su próxima encíclica, en marcha

El Papa anunció que está trabajando a fondo con el cardenal Turkson en relación a su próxima encíclica sobre el medio ambiente: «Le pedí a Turkson que recopilara todas las contribuciones que hubieran llegado. Antes del viaje, el cardenal me entregó el primer borrador». Sobre el proceso de elaboración apuntó que «una encíclica que debe ser magistral y debe salir adelante sólo con las seguridades, con las cosas sobre las que estamos seguros. Si el Papa dice que el centro del universo es la Tierra y no el Sol, se equivoca, porque está diciendo una cosa que científicamente no funciona. Es lo que sucede ahora; debemos hacer un estudio párrafo por párrafo».

«Tengo vacaciones en mi hábitat»

Sobre su capacidad de trabajo y su deseo de no tener vacaciones, Francisco se mostró especialmente irónico: «Pasé las vacaciones en casa, como hago normalmente. Una vez leí un libro, interesante, que se titulaba: ''Alégrate por ser un neurótico''. Yo también tengo alguna neurosis y hay que curarla bien». Recordó cómo «la última vez que fui de vacaciones, con la comunidad jesuita, fue en 1975. Siempre hago vacaciones, pero en mi hábitat, cambio de ritmo: duermo más, leo cosas que me gustan, escucho música, rezo más. Y esto me descansa. En julio hice mucho todo esto». Con este mismo tono bromista, Francisco se refirió su día a día en el Vaticano. «¿Que si me siento prisionero? No. Al principio sí, pero después cayeron algunos muros... Por ejemplo (sonríe): el Papa no podía usar el ascensor solo. ¡Inmediatamente alguien venía para acompañarlo!. ''¡Tú, vete a tu sitio, que yo bajo solo!'', dije. Y se acabó la historia. Es así: la normalidad».

«Derribar los muros» de las dos Coreas

Retomando el mensaje de «perdón» y «reconciliación» que Francisco ha repetido durante todo su viaje, en su despedida volvió a emplazar a las dos Coreas a mantener un diálogo como «hermanos y hermanas de una misma familia». En su última homilía, celebrada en la catedral de Myeongdong de Seúl ante 1.700 fieles, el Papa apeló a «derribar los muros de la desconfianza». Uno de los momentos más emotivos lo protagonizó una de las ancianas, de 89 años, víctima de la esclavitud sexual del Imperio japonés durante la II Guerra Mundial. Le regaló al Papa un pin con una mariposa, símbolo de este colectivo, y que Francisco no dudó en colocárselo en la solapa para lucirlo durante toda la misa. / Informa Daniel E. Jimeno