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El Sínodo entra en su fase final

Los «círculos menores» ya han terminado su trabajo. Martínez Sistach pide reflejar las aspiraciones de quienes buscan con el matrimonio «ser felices para toda la vida»

El Papa en una de las sesiones del Sínodo de la Familia
El Papa en una de las sesiones del Sínodo de la Familialarazon

El Sínodo sobre la familia entra en su recta final. Ya han acabado su trabajo los llamados «círculos menores», en los que los padres sinodales y los expertos se dividen en diez grupos idiomáticos para estudiar los distintos asuntos que luego conformarán el documento final de esta asamblea dedicada a la familia. Hoy los «círculos menores» presentarán las conclusiones de la revisión de la «Relatio post disceptationem», el resumen de lo tratado durante la primera semana del Sínodo y que tanta polémica ha generado entre los propios cardenales.

Tendencia aperturista

Algunos consideran que la apertura hacia los homosexuales, los divorciados vueltos a casar y las uniones civiles no se corresponde con lo tratado durante el encuentro y han acusado a los medios de malinterpretar el texto, olvidando que se trata de un borrador sin valor magisterial. Con las reflexiones ulteriores que harán los padres sinodales se terminará de elaborar el documento final de la asamblea sinodal, que será presentado el sábado al Papa Francisco, quien presidirá la solemne misa al día siguiente con la que concluye este encuentro, cuya segunda parte tendrá lugar en octubre de 2015. Durante la ceremonia del domingo será además beatificado Pablo VI, el creador del Sínodo de los obispos.

El cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona y moderador de uno de los dos «círculos menores» de lengua española, hizo una descripción del ambiente de trabajo de la asamblea que no concuerda con el supuesto enfrentamiento entre sectores con opiniones diversas de los que hablan algunos. Aseguró que en su grupo todos los puntos se aprobaron por unanimidad. «Hay un clima de comunión y fraternidad», señaló, destacando que los problemas de la familia afectan a todos los continentes debido a la globalización.

Respecto a los supuestos errores en la forma en la que la «relatio» reflejó el debate de la primera semana, Martínez Sistach apuntó que era un documento «desequilibrado», centrado más en «las familias en dificultad» que en la gente que aspira a alcanzar la plenitud del sacramento del matrimonio «para ser feliz toda la vida». Por ello pidió que el documento final del Sínodo «dedique más espacio a ello». Al hablar de los divorciados vueltos a casar, el arzobispo de Barcelona contó que en su grupo se habían tratado los mecanismos para lograr que resulten gratuitos los procesos de nulidad matrimonial. «Ya hay mecanismos en este sentido, lo que hace falta es que se sepan». Sobre cuál debe ser la posición frente a los homosexuales, aseguró que su «conducta», como también ocurre con la de las personas heterosexuales, «requiere una visión desde la moral cristiana y otras morales».

Martínez Sistach también reconoció que la Iglesia tiene «fallos y lagunas» a la hora de acompañar a las familias, por lo que apostó por que toda la comunidad cristiana ayude a los matrimonios que se encuentran en medio de una crisis.

Los problemassde la familia, por la crisis de fe

Para el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, los problemas de la «crisis familiar» tienen un mismo origen, «la crisis de la fe». Donde «la fe es fuerte la familia no sucumbe a las propuestas atrayentes pero efímeras» que hace la sociedad contemporánea. Muestra de esa fortaleza es para él la apuesta por los anticonceptivos naturales, que defendió.