Formador de pastores

- ¿Cómo recuerda a Juan Pablo II?

–Cada uno lo hace desde sus circunstancias. En mi caso, fue elegido Papa cuando yo tenía 18 años, al mes siguiente de entrar en el seminario. Fue el Pontífice de mi etapa en el seminario y en el sacerdocio. Ha formado mi alma sacerdotal, como la de una generación sacerdotes. Por eso, le recuerdo como un formador de pastores, que nos ayudó a quitarnos los complejos y miedos y a evangelizar el mundo secularizado.

- ¿Cuál es su mayor legado?

–El haber llegado tenido la capacidad de hacer la recepción del Concilio Vaticano II. Hizo una lectura del Vaticano II en pleno diálogo con el mundo y en plena fidelidad a la Iglesia y la obra cúlmen es el Catecismo de la Iglesia católica, que quedará para la posteridad.

- ¿Qué mensaje ha dejado para la sociedad de nuestros días?

–La esperanza. Si Benedicto XVI fue el Papa de la fe y Francisco es el Papa de la caridad, Juan Pablo II fue el Papa de la esperanza. Fue protagonista de la esperanza cristiana, que es capaz de derribar muros. Cuando veo ciertos retos que no sabemos cómo darles la vuelta, me acuerdo de Juan Pablo II.

*Obispo de San Sebastián