Galicia
Julián Barrio: «Todas las ayudas materiales y sociales a la familia serán pocas»
Julián Barrio Barrio. Arzobispo de Santiago de Compostela
–El próximo domingo se celebra la octava convocatoria de la Fiesta de las Familias, en la Plaza de Colón. ¿Cómo valora esta iniciativa?
–Como es lógico, promover la verdad sobre la familia y el amor humano es una prioridad de la Iglesia, sobre todo en estos momentos en que algunas realidades sociales pudieran oscurecer la belleza de este designio de Dios sobre la naturaleza y esencia de la unión entre hombre y mujer y su vocación en la transmisión de la vida. La familia tiene necesidad de Dios. Reivindicamos, y es justo hacerlo, ayudas materiales, sociales y culturales para la familia, institución básica de la sociedad. Todas serán pocas. Pero no podemos quedarnos simplemente en esto. Hay que subrayar la necesidad de esa referencia a Dios, que ha de estar muy presente en la familia para encontrar el sentido de la misma y superar las dificultades que puede encontrar en estos momentos. Vivir esta presencia de Dios hará que la familia rece, conserve la fe y sepa transmitirla con el testimonio de la vida y con alegría. Cualquier iniciativa en esta materia es siempre positiva porque el matrimonio y la familia son parte fundamental de la antropología cristiana. Prácticamente he participado todos los años desde que se hizo esta convocatoria. Si no surge alguna dificultad de última hora, espero poder hacerlo también este año.
–Además de Madrid, muchas diócesis ponen en marcha iniciativas en esta jornada. ¿De qué modo lo celebran en la Iglesia de Compostela?
–En general todas las diócesis con motivo de la Fiesta de la Sagrada Familia convocan a las familias para participar en la celebración de la eucaristía y en otras actividades programadas al respecto. También la Iglesia compostelana viene celebrando ya hace varios años una eucaristía en la que participan numerosas familias, siendo los miembros de las mismas los verdaderos protagonistas de este encuentro.
–El Papa Francisco ha señalado en multitud de ocasiones su preocupación por cuestiones relacionadas con la familia, y ha hablado de una pastoral de la misericordia ¿Qué es lo esencial que la Iglesia puede aportar hoy a las familias?
–La Iglesia puede aportar mucho a las familias, pero también las familias pueden aportar mucho a la Iglesia. La relación entre la Iglesia y la familia cristiana beneficia a ambas. Como la Iglesia la familia cristiana es comunidad evangelizada y evangelizadora. La Iglesia acompaña a las familias subrayando la dignidad de la persona humana, y los valores como el desprendimiento, la gratuidad y la misericordia. No podemos olvidar que la familia es esa «iglesia doméstica» en la que los padres son los primeros evangelizadores en la fe de sus hijos. Es admirable el esfuerzo y el desvelo de maridos y esposas para transmitir el Evangelio en el hogar, como también la preocupación de muchos abuelos y abuelas. La reflexión sobre el futuro Sínodo convocado por el Papa Francisco sobre la Familia nos va a ayudar a todos a profundizar en la atención pastoral a la familia y a esas realidades sociales con que nos encontramos, siempre dentro del respeto a la verdad que refleja el amor entre hombre y mujer como icono del amor de Cristo a su Iglesia. Será una ocasión providencial para recordar la doctrina de la Iglesia sobre la familia. La familia cristiana, viviendo la confianza y la obediencia filial a Dios, la fidelidad y la acogida generosa de los hijos, el cuidado de los más débiles y la prontitud para perdonar, se convierte en un Evangelio vivo, que todos pueden leer.
–El pasado 26 de noviembre presentó en Compostela una iniciativa pionera en España: un proyecto de formación, un curso de formación en Matrimonio y Familia, organizado por las cinco diócesis de Galicia ¿Cómo puede ayudar en lo cotidiano a las familias?
–Es en el ámbito de la familia donde se están planteando muchos de los debates sobre la vida de fe de los matrimonios y de sus hijos en una sociedad secularizada, porque vivir la fe en medio de un clima a veces no favorable es un gesto de cierto heroísmo. De ahí la necesidad de contar con una recia vivencia espiritual y con una sólida formación, teniendo como referencia la antropología cristiana que comprende a la persona a imagen y semejanza de Dios. Proclamar y defender la dignidad de la persona, criatura del amor de Dios, es una exigencia para la Iglesia. Este Curso de Formación en Matrimonio y Familia es un intento de valorar ese inmenso tesoro del matrimonio, ofreciendo a los esposos, a los colaboradores en la Pastoral Familiar, a los catequistas que acompañan la preparación al matrimonio, a los sacerdotes, y a todos los que estén interesados, un programa formativo que sirva, en el fondo, para dar razones de nuestra fe en Dios y en el designio de Dios sobre el hombre y la mujer que se unen, en su nombre, para formar los dos una sola carne.
✕
Accede a tu cuenta para comentar