Francisco, nuevo Papa

La JMJ de Brasil, preparada para Francisco

La presidenta Rousseff adelanta que el Papa visitará el Santuario de Aparecida, con el que tiene un vínculo especial

Rousseff se reunió durante cerca 30 minutos con el papa argentino.
Rousseff se reunió durante cerca 30 minutos con el papa argentino.larazon

Será su primer viaje oficial fuera de Italia. Al menos de momento. Del 23 al 28 de julio Brasil acoge la Jornada Mundial de la Juventud, que toma el relevo de la celebrada en Madrid en agosto de 2011. Y el Papa Francisco estará allí para clausurarla. De ahí se entiende que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se convirtiera en la segunda mandataria internacional –después de Kirchner– en reunirse con el Santo Padre.

La reunión tuvo lugar ayer por la mañana en la biblioteca del Palacio Apostólico. Durante algo más de media hora, Rousseff puso al corriente a Francisco de los detalles de la organización, como la masiva participación que se espera llegue a los cuatro millones de peregrinos, fundamentalmente de América Latina. El Papa dijo sentirse «muy entusiasmado» por asistir a las Jornadas y ambos coincidieron que estos encuentros son vitales para «la construcción del futuro de la humanidad». Con este punto de partida, abordaron también algunos de los problemas que afrontan las nuevas generaciones Brasil, como las drogas –uno de los campos de batalla del cardenal Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires– y la urgencia de «reforzar los valores, principios y símbolos» en la juventud, durante algo más de media hora, como manifestó Rousseff al finalizar el encuentro. En un momento de la conversación, el Santo Padre dijo sentirse «muy conmovido» por la tragedia de la discoteca Kiss de Santa María en la que fallecieron 241 jóvenes y valoró «la fuerza y ternura que demostró Brasil».

Uno de los detalles que adelantó la presidenta sobre el viaje al país será que, una vez concluida la JMJ, el Papa acudirá al Santuario de Nuestra Señora Aparecida, patrona del país, en Sao Paulo, un lugar muy ligado a Francisco, en tanto que él fue uno de los principales impulsores del Documento de Aparecida, la declaración conjunta fruto de la reunión de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) en 2007. Precisamente, el obispo de Roma quiso obsequiar a Rousseff con un volumen del mismo. Y fue entonces cuando una vez más el Papa se mostró con espontaneidad.

«No lo lea todo, que a lo mejor se aburre», le dijo a la presidenta, indicándole los capítulos que más le podían interesar. En este tono distendido, un grupo de periodistas argentinos le preguntó su opinión sobre la nacionalidad del Papa, a lo que ella contestó con humor: «Tienen mucha suerte porque es un gran Papa, pero como nuestra gente siempre dice, el Papa será argentino, pero Dios es brasileño». La mandataria también precisó que hablaron en «portuñol», significando que el Papa entiende perfectamente el portugués.

De la misma manera, alabó su «gran compromiso con los pobres», lo que «nos une mucho, ya que los gobiernos brasileños en los últimos años nos hemos ocupado de buscar la superación de la pobreza». Al concluir su encuentro con ella, el Papa almorzó con la comunidad argentina en Roma.

La Iglesia podría abordar el uso del preservativo»

El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, reiteró ayer que el Papa Francisco «da aire nuevo y frescor a la Iglesia» y aseguró que, entre todos los temas que tendrá que abordar, figura el uso de preservativos. «Tenemos que estudiar cosas, como el uso de los preservativos», afirmó Sistach, uno de los participantes del Cónclave, en declaraciones a la televisión autonómica TV3.