¿Qué Pontífice nos espera?

Adelgazar la estructura de la Curia, ¿en qué se va a traducir en la práctica?

–Puede que sea demasiado temprano para concretar; no obstante, es posible que lo que se persiga sea una mayor eficacia. La Curia Vaticana no es un elemento eterno en cuanto a su estructura, sino que admite todas las reformas que sean necesarias, siempre y cuando éstas se traduzcan de tal manera que ofrezcan su servicio fundamental: ayudar al Papa en el gobierno pastoral de la Iglesia.

¿Y el dar mayor autonomía a las diócesis y conferencias episcopales?

–En este caso, lo que se busca dotando de mayor autonomía tanto a diócesis como conferencias episcopales es complementariedad. El Papa se ha referido al afecto y espíritu colegial que ha de animar al gobierno pastoral de la Iglesia.

¿Por qué Francisco pide a los cardenales «no caer en el pesimismo»?

–Cuando una persona se enfrenta a una dificultad, una de las tentaciones que surgen primero es la del pesimismo, es decir, el momento en el que sólo contemplamos nuestras propias fuerzas. La invitación a la esperanza es, principalmente, confiar en Dios por encima de todo; no debemos tener miedo.

l¿Será éste un Papa reformista?

–Más que reformista, Francisco será un Papa reformador. Esto significa que, por la gracia del Espíritu Santo, el Sumo Pontífice ha sido designado para acometer las reformas necesarias. Es por esto que, de esa manera, las labores pastoral y evangelizadora se verán beneficiadas.

*Portavoz adjunto del Vaticano