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Dos papas santos

Trascendencia política

La Razón
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- ¿Qué recuerdo tiene de Juan Pablo II?

– Recuerdo con gran viveza su pontificado, que tuvo una gran trascendencia. Fue un papado que incidió de una manera decisiva en todos los cambios que se operaron en el mundo con la caída del Muro, con la caída del sistema comunista y sobre todo con la universalización del mensaje de la Iglesia. Fue un Papa que acudió a los cinco continentes y que además atendió de una manera especial a España.

- ¿Estamos entonces ante lo que ahora denominamos como un gran líder global?

– Hay una imagen muy gráfica; durante su papado no había ninguna personalidad en el mundo, no ya a nivel religioso o político, sino a nivel cultural, capaz de lograr aquellas concentraciones masivas que conseguía en todos sus viajes Juan Pablo II. De personas que querían verlo y escuchar su mensaje, sobre todo de la gente joven. Fue un fenómeno irrepetible en ese sentido.

- ¿Fue clave para el cambio hacia la Europa democrática?

– Evidentemente, él tuvo un gran compromiso con la libertad y contribuyó mucho. Su viaje a Polonia marcó el inicio de aquel cambio. Hubo un momento que me contó el entonces alcalde de Varsovia en una visita, en el que estuvo a punto de repetirse la invasión de Checoslovaquia por los soviéticos, y Juan Pablo II llamó al entonces presidente polaco y le dijo que él estaba dispuesto a coger un avión y estar con su pueblo, y aquello frenó cualquier posibilidad de involución violenta. Además, fue una persona que denunció el capitalismo salvaje. Combinó los dos grandes pilares del cristianismo; el humanismo cristiano, pero también la doctrina social de la Iglesia. Además, tuvo una gran visión en los problemas de Oriente Medio. Se opuso radicalmente a las guerras que se encadenaron porque preveía que iban a ocasionar un avance de los fundamentalismos islámicos, como así fue.

- Supongo que no es casualidad que sea canonizado con Juan XXII, otro de los Papas que tuvo una relevancia clave en el tema de relaciones internacionales.

– Yo soy un católico de Juan XXIII, porque fue el Papa de mi juventud. Es el Santo Padre que marca, con el Concilio Vaticano II, el inicio de una nueva etapa en la Iglesia, la Iglesia abierta al mundo. Juan XXIII es el gran revolucionario en el sentido cristiano del término. Un «Papa bueno» que tenía una gran inteligencia y clarividencia. Esta doble canonización es el homenaje a dos Papas decisivos en la historia de la Iglesia y que además son contemporáneos; que dan un mensaje actualizado de la Iglesia, en quienes se ve que todavía el catolicismo tiene la respuesta para muchos problemas que sacuden a una sociedad que ha perdido los valores y los referentes.

*Embajador español en la Santa Sede entre febrero de 2006 y abril de 2011