La sucesión de Benedicto XVI

Un helicóptero para alejarse del Cónclave

Benedicto XVI dejará el Vaticano rumbo a Castel Gandolfo el 28 de febrero a las 17:00. A las 20:00 dejará de ser Papa

Georg Gänswein es su asistente personal y hombre de mayor confianza. Estará a su lado por lo menos hasta el próximo 28 de febrero
Georg Gänswein es su asistente personal y hombre de mayor confianza. Estará a su lado por lo menos hasta el próximo 28 de febrerolarazon

Faltan exactamente dos semanas para que Benedicto XVI deje de ser oficialmente Papa y pase a ser, simplemente, el cardenal Joseph Ratzinger. Concretamente, esto sucederá a las 20:00 del próximo 28 de febrero, sólo tres horas después de que el Pontífice abandone por unos días el Vaticano.

Faltan exactamente dos semanas para que Benedicto XVI deje de ser oficialmente Papa y pase a ser, simplemente, el cardenal Joseph Ratzinger. Concretamente, esto sucederá a las 20:00 del próximo 28 de febrero, sólo tres horas después de que el Pontífice abandone por unos días el Vaticano para alejarse del Cónclave que designará a su sucesor. Su destino será el Palacio de Castel Gandolfo, tradicional residencia veraniega papal, hacia donde partirá a bordo de un helicóptero el mismo día a las 17:00, según anunció ayer en rueda de prensa el portavoz de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi. En el palacio, al que ha viajado numerosas veces a lo largo de su pontificado, el Papa dispondrá, además de sus aposentos, de un estudio, una capilla privada, un comedor y una biblioteca.

Sin celebraciones

«Quizá saludará a los que lo esperan en Castel Gandolfo, cenará y quizá rezará en la capilla», apuntó Lombardi refiriéndose a las últimas horas del pontificado de Benedicto XVI, que vivirá con «sencillez». Aunque no está prevista ninguna celebración especial para ese día, el Papa cumplirá su agenda hasta el mismo momento en que abandone el cargo de máximo representante de la Iglesia católica. Todos los actos previstos inicialmente para después del día 28 serán por tanto anulados.

Hasta ese momento, seguirá atendiendo sus obligaciones con normalidad. De hecho, ayer mismo presidió el rito del miércoles de ceniza en la Basílica de San Pedro y hoy mantendrá el tradicional encuentro con el clero romano en el aula Pablo VI del Vaticano. Para mañana y el sábado, el Santo Padre recibirá a los presidentes de Rumanía y de Guatemala, respectivamente. No obstante, los dos encuentros más importantes que Benedicto XVI mantendrá antes de su renuncia serán con las dos máximas autoridades políticas de Italia: el primer ministro, Mario Monti –en la tarde del sábado 16–, y el presidente de la República, Giorgio Napolitano –en la mañana del sábado 23 de febrero–. El encuentro, que ha sido solicitado por ambos mandatarios para despedirse del Pontífice, tendrá lugar en un momento clave para el devenir del país transalpino, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina.

En su último día, el Papa será despedido personalmente por los cardenales a las 11:00 en el Vaticano. Será la última vez que pise el suelo de la ciudad-estado hasta mediados de marzo aproximadamente, cuando conoceremos el nombre del nuevo Pontífice. «Es muy probable que la Iglesia católica cuente con un nuevo Papa el próximo domingo de Ramos», vaticinó Lombardi en declaraciones a Onda Cero. Hasta que llegue ese momento, el portavoz vaticano afirmó que viven el proceso con «gran interés», aunque con «tranquilidad», al tratarse de una decisión «tomada con gran serenidad y con gran claridad», pero «preparados para el Cónclave y la elección del sucesor». Mientras tanto, Benedicto XVI, que ha decidido mantenerse alejado de todo el proceso, permanecerá ajeno en Castel Gandolfo, a las afueras de Roma, paso previo a su traslado al monasterio vaticano donde pasará sus días tras el fin de su papado. Allí, su vida –explicó Lombardi– será la «normal» de una persona de su edad. Allí podrá aprovechar además para disfrutar de «su gran atención a la reflexión y la meditación». Para Lombardi, la nueva vida de Ratzinger «no debe entenderse como una vida en reclusión», sino «en retiro».

Respecto a la decisión en sí misma, el portavoz vaticano dijo que él «no sentía que éste fuera el momento de tomar esta determinación», si bien señaló que comprende que se trata de una decisión muy personal. «Solamente él conoce cómo son sus fuerzas cada día en relación con sus cargos y él vio que el momento era ahora», contó Lombardi. Con todo, aún quedan por desentrañar algunos detalles de cómo será la nueva vida del todavía Papa, como qué cargo ostentará o cuál será el protocolo a seguir en su presencia. Lombardi explicó que no tienen una respuesta para todas estas preguntas, pues se trata de «una situación nueva, inédita», en la que habrá que consultar al propio Ratzinger. Por último, insistió de nuevo en que la renuncia del Papa no obedece en absoluto a ninguna enfermedad».