Benedicto XVI

Valentía y coraje

La Razón
La RazónLa Razón

Me ha sorprendido la renuncia del Papa, como supongo que nos ha sucedido a todos. Pero conociendo al Santo Padre como lo conozco, sé que es un hombre con un gran sentido de la responsabilidad, de su cometido y de sus exigencias como representante de Jesús. Benedicto XVI es consciente de la situación que están atravesando el mundo y la Iglesia. Estoy seguro de que él desearía responder de una forma más adecuada a las exigencias del mundo actual, pero ve limitadas sus fuerzas.

Es una persona que a mí siempre me ha llamado la atención por su sensibilidad y su atención a las personas. Está contigo totalmente, con una atención extrema y eso comporta un agotamiento. Es un hombre muy detallista y al ver que las fuerzas le van fallando, que no podrá llegar a todo lo que el mundo le está pidiendo, como a él le hubiese gustado, ha decidido, con la humildad que siempre le ha caracterizado, decir: «Me retiro y dejo que otro venga a llevar la barca de San Pedro».

El Santo Padre llega a la gente por su sencillez. Es un hombre que ama el recogimiento y la lectura. Se siente superado en sus fuerzas y, con un gran sentido de responsabilidad hacia la Iglesia, lo deja. El Papa es un hombre sencillo en sus comportamientos y un hombre con un profundo respeto hacia las personas. Es una elección valiente que comporta una serie medidas y decisiones.

Benedicto XVI ha hecho un balance de lo que podía hacer. Es un hombre tan amante del silencio que no tendrá ninguna dificultad en respaldar al Papa que venga. Se recogerá y estará alejado de todos estos asuntos que podemos tratar los mortales. Se retirará al silencio, a la vida de lector y escritor ,y se quedará ahí. No creará ningún conflicto de poderes por el hecho de que existan dos Papas que convivan en el mismo momento y lugar.

El Sumo Pontífice es un hombre que nunca aspiró a ser el máximo representante de la Iglesia católica. Cuando era el precepto de la Congregación ansiaba retirarse; de hecho, le manifestó a Juan Pablo II los deseos de retirarse para escribir. Aun así, ha tomado una decisión que ha sorprendido, pero el espíritu iluminará a los dirigentes llevando a la Iglesia en volandas para que el paso sea de una forma pacífica y serena.

He admirado su valentía y coraje y esta determinación estoy seguro de que es la mejor para él. Estoy totalmente convencido de que su opción es la mejor. Con esta renuncia el Papa ha mirado por la Iglesia. Ha buscado el bien de la Iglesia en estos momentos. No podemos negar que ser Pontífice conlleva una vida estresante. Benedicto XVI es un hombre sumamente delicado, con una finura espiritual entrañable. Seguro que ha sufrido porque se le veía cansado.