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Elena Gómez: “La malaria y el Covid-19 infectan de forma muy parecida”

La investigadora del CSIC habla de la posibilidad de usar fármacos contra la malaria para tratar esta pandemia

Elena Gómez, investigadora
Elena Gómez, investigadoraLa Razón

Elena Gómez Díaz es investigadora del CSIC, directora de un grupo de investigación en genética y epigenética de malaria, miembro del Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra y ganadora de una beca Leonardo de la Fundación BBVA para realizar investigaciones en África. En este sentido, Gómez Díaz es un referente importante a la hora de hablar sobre la posibilidad de usar fármacos contra la malaria para tratar una infección por COVID-19. Por ello, teniendo en cuenta la importancia de la información por parte de expertos, no le hemos hecho preguntas. Solo mencionamos palabras clave.

–Malaria y Covid-19

–La similitudes entre los dos microorganismos es en la vía de entrada a las células. La malaria es un parásito que se transmite a través de mosquitos, el virus que causa el Covid-19 se transmite por el aire, pero una vez dentro del organismo, la forma en la que infectan el cuerpo es muy parecida, utilizan los mismos receptores de entrada a las células.

–Fármacos

–Durante todos estos años en investigación en malaria se han diseñado diferentes moléculas y anticuerpos contra esos receptores. Esos anticuerpos se podrían utilizar como medida ante el virus. Pero luego hay un medicamento, como la cloroquina y un derivado, la hidroxicloroquina, que es uno de los fármacos más antiguos. Se diseño en los años 1920 y se comenzó a comercializar en los años 1940 en todo el mundo y de forma masiva contra la malaria.

–Acción de la hidroxicloroquina

–Cuando el Plasmodium (el parásito que provoca la malaria) se encuentra en el interior de los glóbulos rojos, degrada la hemoglobina para adquirir los aminoácidos esenciales. Durante este proceso, se libera una molécula tóxica y soluble llamada heme, que el parásito es capaz de metabolizar. El fármaco inhibe la formación de hemozoína (Hz) a partir del heme, de manera que esta se acumula y, al ser tóxica, conduce a la muerte del parásito.

–Ventajas de este fármaco

–Conocemos mucho de este fármaco, hay evidencias de que funciona. Es el caso de un medicamento clásico que nos sirve para una enfermedad nueva. Es muy barato, sencillo de producir. No tiene problema de patente o monopolio por parte de ninguna farmacéutica. De hecho, por su sencillez para producirlo, se ha utilizado mucho en países de África, tanto se ha usado en este continente que el parásito de la malaria se ha hecho resistente.

–África

–Desde el 2013 llevo trabajando en África, dos veces al año, durante dos meses, para investigar la malaria. En África a diferencia de Europa, Estados Unidos o Australia o países desarrollados, los sistemas sanitarios no están muy desarrollados o son casi inexistentes, la población inmunodeprimida o en riesgo es mayor. Una cosa que vemos en Estados Unidos es que la franja de edad a la que afecta el Covid-19 es que es inferior y esto podría estar relacionado con sistemas de salud peores, la gente más joven estaría peor de salud. Y esto es lo que le puede pasar a Africa. En este continente hay más población joven y esta está en mayor riesgo. También se cuestiona hasta que punto las cifras que conocemos de allí son reales. Quizás sean una subestimación, es más difícil el acceso a test. Pero hay una parte positiva: tenemos que dejar de ver a Africa como la más débil. Es un continente que vive con muchas epidemias y se enfrentan a múltiples problemas. Tienen una enorme resiliencia para responder con mucho coraje a estas situaciones. Por poneros un ejemplo, el caso del Ébola en el Congo, ya no hay casos en este país. Quizás allí hay algo que podamos aprender porque ellos conviven con epidemias.

–¿Cuánto falta?

–Ya hay hospitales en España que están implementando ensayos. En el Hospital Universitario Germán Trias y Pujol de Badalona, hacen una combinación de hidroxicloroquina y un antiviral. Y lo veremos pronto. Estamos hablando de un tratamiento, no nos evita el contagio. Lo que se consigue es que los infectados se curen antes y también minimiza la posibilidad de transmisión porque reduce la carga viral. Los datos aún no están contrastados, pero apuntan a buenos resultados.

–Impaciencia

–Los ciudadanos tienen que entender que la ciencia tiene su tiempo y no queremos equivocarnos y cometer errores. Hay que estar seguros que los resultados obtenidos son constantes y se pueden replicar. Se necesitan muchos pacientes con diferentes cuadros para concluir que esa combinación de fármacos no tiene toxicidad y produce buenos resultados.

–Futuro

–Si no tenemos el conocimiento para dar respuesta al próximo reto, nos va a pasar lo mismo otra vez. Vendrán otros virus que ahora desconocemos. El Mers, Sars, la gripe aviar, el Ébola, todos virus con origen animal. Nuestra relación con la naturaleza va a ser muy importante a la hora de determinar esas probabilidades de contagio y el surgimiento de nuevas enfermedades.