Coronavirus
El fiasco de las mascarillas defectuosas que repartió Sanidad desata la ira de los sanitarios
CSIF critica la reiterada improvisación e inoperancia del Ministerio y amenaza con emprender acciones judiciales por poner en peligro a los profesionales. Médicos y enfermeras cargan contra Illa
Tropezar varias veces con la misma piedra es posible, aunque visto desde fuera pueda parecer una broma de mal gusto. El fiasco de la compra masiva de test rápidos procedentes de China que salió rana se ha vuelto a repetir, pero esta vez con las mascarillas. Sanidad ha solicitado a las comunidades autónomas la retirada inmediata de un lote que el propio Ministerio les había distribuido con más de 350.000 unidades de la marca «Garry Galaxy» modelo N95 procedente de China, pero que estaban defectuosas. Así lo reconoció Patricia Lacruz Gimeno, directora general de Cartera Común de Servicios SNS y Farmacia, a través de un correo electrónico tildado de «urgente» que envió la noche del pasado miércoles 15 de abril con el que advertía a las comunidades afectadas de una incidencia en el material recibido, entre ellas la Comunidad de Madrid, Aragón, Cataluña, La Rioja, Andalucía y Castilla-La Mancha, entre otras.
«Hemos actuado con diligencia y hemos evitado que unas mascarillas que estaban en mal estado fueran usadas y, por eso, se ha procedido a la retirada del lote», se apresuró a reconocer Salvador Illa, ministro de Sanidad, ayer durante su rueda de prensa diaria en La Moncloa. Sin embargo, lo cierto es que no es así. De nuevo, Illa y su equipo actuaron mal y con una preocupante tardanza, ya que muchas de estas unidades ya se habían distribuido y utilizado en centros sanitarios y hospitales del país, lo que ha desatado la ira de los profesionales por este nuevo patinazo que pone en riesgo su salud.
Distribuidas en hospitales y residencias
«Tenemos constancia de que han sido usadas en todos los hospitales y centros de salud y de atención primaria de la provincia de Cádiz, mientras que en el caso de Madrid, esta retirada de material afecta tanto a hospitales como a servicios sanitarios como el SUMMA 112 o a las residencias de mayores y discapacitados, donde ya habían llegado. En el caso de que se compruebe que son defectuosas pediremos que se ponga en cuarentena automáticamente al personal», aseguró ayer la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF, a través de un duro comunicado.
El enfado y la indignación entre los profesionales sanitarios son máximos, hasta el punto de que desde CSIF exigen «que se localicen y se retiren de manera urgente estas mascarillas en aquellas comunidades autónomas que aún no hayan trasladado la orden de retirada de este material. Lamentamos la inoperancia del Ministerio de Sanidad. No hay derecho a que después de semanas con falta de material de protección en toda España ahora se repartan miles de unidades defectuosas». Y ésta es la misma reclamación que realizó, en declaraciones a LA RAZÓN, Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería de España, quien reconoce que «es una situación muy grave porque los profesionales han estado diez días usándolas, confiando en que estaban protegidos cuando realmente no era así. La gestión que está llevando a cabo el Gobierno es caótica y absolutamente descoordinada. Hay que recordar que los profesionales se están jugando la vida mientras que los responsables políticos se dedican a dar palos de ciego y adoptar decisiones nefastas como ésta».
Por su parte, el presidente del Sindicato de Médicos de Castilla-La Mancha, Miguel Méndez, tras confirmar que se trata de una de las comunidades afectadas, aseguró a este periódico que «lo más grave es el ocultismo que caracteriza a toda esta situación, pues estos errores suceden, entre otras cuestiones, porque no se está permitiendo a los servicios de prevención y a los delegados de riesgos laborales acreditados participar con normalidad en las pruebas necesarias que habría que hacer cuando llega este material a los centros».
Improvisación e inoperancia
Por todo ello, desde CSIF confirmaron que se exigirán responsabilidades y se reserva la capacidad de iniciar «las acciones judiciales que considere oportunas contra el Ministerio de Sanidad por haber equipado a los trabajadores que luchan contra la pandemia con un material que no garantiza su salud». De esta manera, el sindicato critica duramente «la falta de previsión, así como la improvisación e inoperancia del Ministerio de Sanidad, que vuelve a retirar material de protección por no cumplir éste con los estándares de calidad exigidos. Además, consideramos que este error supone un doble perjuicio: el que sufrirán de nuevo las arcas públicas por la compra de un material inservible, y sobre todo el que sufren los trabajadores que han estado usando unas mascarillas que no realizaban su función de protección frente al Covid-19».
N95: Así son las mascarillas defectuosas
Las mascarillas de la discordia tienen nombre propio: el modelo N95 de la empresa Garry Galaxy. Se trata de unas protecciones de tipo FPP2, es decir, las consideradas como equipo de protección individual para los sanitarios porque su finalidad es filtrar el aire inhalado, evitando que los contaminantes entren en el sistema respiratorio. Sin embargo, estas mascarillas repartidas por Sanidad a las Comunidades Autónomas resultan inútiles para ese fin. ¿Por qué? «Este tipo de protecciones debe tener un nivel de penetración de material filtrante menor al 6%. Sin embargo, en las pruebas que se han realizado en estos dispositivos, el nivel de penetración que se ha obtenido resulta muchísimo mayor, oscilando entre porcentajes que van del 18% al 29%, lo que pone en evidencia que protege mucho menos de lo deseable», confirma Miguel Méndez, presidente del Sindicato de Médicos de Castilla-La Mancha. De hecho, tal y como confirmó Sanidad, no cumplen con ninguna clasificación indicada en la norma «UNE-EN 149:2001+A1:2010», a pesar de que se trata de un proveedor del Ministerio que forma parte del listado de fabricantes de material sanitario autorizados por China. Este tipo de mascarilla autofiltrante, plegada, con pinza nasal, con arnés de cabeza consistente en cintas elásticas que pasan por detrás de las orejas, se distribuyó en un embalaje de color verde con el nombre de N95 en su envoltorio y el código de barras número 6 972306 630042.
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