Cáncer
Tumores cerebrales
Los tumores cerebrales no son tan frecuentes como otros, pero cada vez se diagnostican más, gracias a los medios de diagnóstico como son la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM). Con estos métodos podemos ver claramente la situación del tumor dentro del cráneo, y sobre todo acercarnos al diagnóstico y ponerle nombre y apellidos al tumor. No sólo saber si es bueno o malo. También permite plantear qué tipo de tratamiento habría que realizar.
Hoy día se puede decir que todos los tumores se pueden operar. Lo que ocurre es que tenemos que decidir cuáles. Para el tratamiento quirúrgico contamos con grandes medios. En primer lugar, el microscopio quirúrgico es imprescindible en la mayoría de casos. La coagulación bipolar es un método que permite coagular vasos o parte del tumor sin producir cicatriz y sin hacer daño al tejido de alrededor del tumor. El aspirador ultrasónico o cavitrón es un aspirador que permite romper en pequeñas porciones el tumor si es blando y aspirarlo sin romper los vasos, y previamente en algunos casos los navegadores cerebrales nos ayudan a planear la intervención por el camino más corto y seguro. Lo que todavía no hemos solucionado es la evolución en el gliobastoma multiforme, que es uno de los peores cánceres que afectan el ser humano. Hay que intentar extirparlo o biopsiarlo y después aplicar radioterapia y quimioterapia. El resto de tumores, la mayoría se puede extirpar y otros tratar con radiocirugía, aunque sean benignos. Esta técnica se suele emplear en los de menos de tres cm. de tamaño con unos resultados muy buenos y prácticamente sin complicaciones.
Un problema, tanto en adultos como en niños más, es el diagnóstico clínico. Los pacientes pueden empezar con vómitos y se tratan en unidades del aparato digestivo hasta que aparecen otros síntomas como dolor de cabeza o inestabilidad y de esta forma se sospecha un proceso intracraneal y se solicita un estudio con TAC o RM.
En resumen, podríamos decir que todos los tumores cerebrales se pueden operar, sean buenos o malos, pero técnicas como la radiocirugía pueden tratarlos después de una biopsia o solamente con el diagnostico radiológico. Los resultados son muy buenos en la mayoría y nos queda por resolver el tratamiento definitivo del fliobastoma multiforme también llamado astocitoma IV. Asimismo, las complicaciones son menores, sobre todo en hospitales especializados.
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