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“No tendría ningún inconveniente en presentarme como conejillo de indias”

LA RAZÓN habla con Eduardo Rodríguez, presidente de Honor de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, tras el parón en la vacuna de Oxford

Rodríguez fue presidente de los laboratorios SmithKline Beecham, de Laboratorios Indas y de Laboratorios Cantabria
Rodríguez fue presidente de los laboratorios SmithKline Beecham, de Laboratorios Indas y de Laboratorios CantabriaNacho CuberoLa Razón

Eduardo Rodríguez Rovira no para quieto aunque esté jubilado. En la actualidad, es presidente de Honor de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma) y de la Fundación Edad & Vida, pero toda su vida profesional ha estado ligada a compañías farmacéuticas. Hablamos con él poco después de que se suspendiese el ensayo de la vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, cuando uno de los voluntarios del ensayo en fase III (la más crucial ya que es cuando los investigadores buscan ver la eficacia de la vacuna y confirmar su seguridad) sufriera una mielitis transversa. La noticia despertó los temores y ha dado alas a los antivacunas, pese a que según los científicos es normal que se produzcan este tipo de reveses. Por eso mismo, queremos saber si él, que fue presidente de los laboratorios Smithkline Beecham (compañía absorbida por GSK), de Laboratorios Indas y de Laboratorios Cantabria dudaría o no en convertirse en cobaya pese al potencial riesgo que ello entraña. «No tendría ningún inconveniente en presentarme como voluntario a una vacuna. Ha surgido un problema pero por eso se hace precisamente el ensayo clínico. Los expertos tienen que ver cuál es la relación con la mielitis porque hay gente que tiene esta enfermedad, que es severa sin vacuna».

«Es algo que ocurre a todas, es lo normal, pero es el proceso para demostrar precisamente que un medicamento o una vacuna es bueno, que no es tóxico, que es eficaz y que no produce efectos secundarios muy graves. Ahora ha surgido un problema pero para ello se hace el ensayo clínico, para ver qué es lo que pasa con miles de personas que están tomando ese producto. Lo que pasa es que ahora se pone el foco», afirma. Y no es para menos, y no sólo porque la sociedad anhela una vacuna contra la Covid-19, sino porque en la actualidad el único contrato cerrado de la UE es con AstraZeneca-Oxford, aunque tiene otros cinco preacuerdos.

Pese a que estos contratiempos suceden, Eduardo no tiene duda alguna en que asumiría el riesgo. «Presentarse como voluntario entraña un riesgo, pero no tendría miedo porque las vacunas salvan vidas, evitan en recaer en enfermedades y lo máximo que te puede suceder es que de varios cientos de voluntarios tengas una complicación un poco severa. Por edad, no soy joven, así que no me va a quitar 40 años de vida. Es un riesgo, pero también asumimos riesgos cuando subimos a un avión, vamos en coche o nadamos. Hay numerosos ahogamientos, qué hacemos ¿no nos bañamos por eso?».

En todo caso, Eduardo «no iría recomendando a la gente que participe en ensayos porque no es mi papel, tengo otros temas ahora, pero si un amigo me preguntase le diría que sí». Presentarse como conejillo de indias «es un riesgo en beneficio de la humanidad».

Algo en lo que él no tiene ninguna duda: «Hay mucho negacionismo ahora, pero la realidad es que las vacunas es una de las cosas más útiles e importantes que se han descubierto. Permiten erradicar enfermedades que antes eran epidemias y pandemias como la polio, la viruela...». «El problema es que precisamente en cuanto la gente deja de vacunarse de algunas de estas enfermedades como el sarampión de pronto surgen brotes que muchas veces son mortales. Por eso yo soy totalmente partidario de ellas. La vacuna es uno de los descubrimientos mayores de la historia de la humanidad», añade Rodríguez Rovira, que se remonta a cuando Edward Jenner descubrió la de la viruela.

En este sentido, le preguntamos si la vacuna contra el SARS-CoV-2 debería ser obligatoria.

En Australia, por ejemplo, el Gobierno quiere hacerla obligatoria, en Alemania no lo será y en otros países, como Italia, lo están debatiendo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, considera que cada país ha de tomar la decisión sobre la obligatoriedad del fármaco. En España, una parte de la población cree que son más los riesgos que los beneficios de vacunarse. Así, según una encuesta del Instituto de Salud Carlos III dentro del estudio COSMO-Spain, impulsado por la OMS y en el que participan una treintena de países, el 30% de los españoles manifiesta dudas sobre si se vacunaría, mientras que la mayoría, el 70%, lo haría convencido. «Tengo mis dudas de que deba ser obligatoria. Yo diría que es mejor que sea altamente recomendable. De todos modos creo que la mayoría se querrán vacunar. Habrá grupos, no muy importantes, que no lo harán. Tendránrepercusión mediática y parecerá que son muchos sin serlo, pero la mayoría sí nos vacunaremos».