Salud

Positive Face, el equilibrio de la medicina y cirugía estética con el bienestar interior

Hablamos con la Dra. Pérez Sevilla sobre esta corriente de pensamiento que lidera y que describe el correcto uso de la medicina y cirugía estética, fruto de sus más de 20 años de experiencia y especialización exclusiva en tratamientos faciales y su concepto holístico de la belleza y el envejecimiento

“El positive face es buscar la mejor versión del rostro de cada persona, sin seguir un patrón impuesto por la moda o los cánones de belleza”
“El positive face es buscar la mejor versión del rostro de cada persona, sin seguir un patrón impuesto por la moda o los cánones de belleza”Dra. Pérez SevillaLa Razón

¿Qué es el positive face y por qué es tan importante para usted?

El positive face es buscar la mejor versión del rostro de cada persona, sin seguir un patrón impuesto por la moda o los cánones de belleza. La belleza del rostro tiene muchas caras diferentes, y el objetivo del positive face es encontrar la que más encaja con cada persona. Las redes sociales, principalmente, están creando estereotipos alejados de la realidad, pero en los que cada vez más personas se fijan. Esto acaba alterando la autoestima de muchas personas que buscan en la medicina y cirugía estética cambios que pueden provocar auténticas aberraciones. Hemos de proteger, sobre todo, a las nuevas generaciones de la necesidad de ser como un patrón y de los estereotipos. Por eso me interesa tanto transmitir la filosofía del positive face, cada persona tiene un rostro, es su esencia y podemos mejorarlo, pero siempre respetando sus facciones.

¿Cómo encaja la cirugía y la medicina estética en este concepto de la belleza?

Es lícito querer cambiar algo de nuestro rostro cuando no nos sentimos bien, pero siempre que lo hagamos de forma libre y respetando nuestras facciones básicas. Como cirujana y médico estético animo a la gente a cambiar cosas de su imagen con las que no se siente a gusto. Por ejemplo, hay determinadas arrugas de expresión, o defectos motivados por la genética, el estrés u otros factores, que pueden hacernos parecer cansados, enfadados o reflejar una edad que no tenemos o no sentimos. Es lógico querer corregirlos siempre que se haga cuidando la piel y las diferentes estructuras del rostro y, sobre todo, respetando la funcionalidad de nuestras facciones. Pero los cambios que realizamos en el rostro pueden cambiar la percepción que los demás tienen de nosotros. Los terapeutas de medicina o cirugía estética debemos orientar a los pacientes y explicarles qué percepción se asocia a cada cambio.

Pero eso es un terreno complejo, entra más dentro del área de la psicología que de la medicina, ¿no le parece?

Creo que nuestro deber es tratar de comprender al paciente y buscar lo mejor para cada caso. Esto implica un profundo conocimiento, en primer lugar, de la anatomía y la evolución de las facciones con el paso de los años, la comprensión de lo que el paciente busca en esencia, y el compromiso de ofrecerle lo mejor, explicando todo con rigor y mucha paciencia. E implica en muchos casos decir no. No todo vale, para mí no.

¿Significan sus palabras una declaración de intenciones? ¿Un nuevo decálogo de la medicina estética?

Podríamos definirlo así, sí. Es el resumen de mi pensamiento y de cómo entiendo mi profesión. Y de las cosas que me rodean y me preocupan. Soy médico, pero también soy madre, soy mujer, soy persona. Y dentro del ejercicio de mi profesión, defiendo como esencia el ‘positive face’.

“Es lícito querer cambiar algo de nuestro rostro cuando no nos sentimos bien, pero siempre que lo hagamos de forma libre y respetando nuestras facciones básicas”
“Es lícito querer cambiar algo de nuestro rostro cuando no nos sentimos bien, pero siempre que lo hagamos de forma libre y respetando nuestras facciones básicas”Dra. Pérez SevillaLa Razón

¿Cómo resumiría la esencia del positive face?

Yo lo resumo en diez puntos:

1. Cada persona tiene un rostro único, hemos de defender su originalidad y su esencia.

2. Hay facciones básicas que no pueden cambiarse sin provocar una aberración. Hemos de respetarlas.

3. Los cambios físicos del rostro deben ser siempre una elección libre y nunca estar mediados por patrones de belleza impuestos, consciente o inconscientemente, que hagan sufrir a la persona. Siempre que pienses en cambiar algo en tu rostro piensa si lo haces libremente y si te va a aportar equilibrio con tu interior.

4. La aceptación de la imperfección facial es un ejercicio de realismo, no hay ninguna cara tan perfecta como los cánones digitales de las aplicaciones que nos invaden.

5. Algunas imperfecciones del rostro dan atractivo y personalidad, hay que valorarlas y saber si son parte de la esencia.

6. El rostro transmite pensamientos y emociones y se ha de respetar su funcionalidad en la medida en que la persona lo desee.

7. La salud de la piel y de las distintas estructuras del rostro deben ser tenidas en cuenta siempre en cualquier tratamiento.

8. Es lícito querer cambiar algo en nuestro rostro cuando queremos alinear nuestro sentimiento interno con nuestra imagen, siempre que se haga desde la libertad y el pensamiento saludable.

9. Los cambios que realizamos en el rostro pueden cambiar la percepción que los demás tienen de nosotros en un primer instante. Los terapeutas de medicina o cirugía estética debemos orientar a los pacientes y explicarles qué percepción se asocia a cada cambio.

10. La belleza del rostro tiene muchas caras… hemos de ayudar a nuestros pacientes a encontrar la suya, aquella que se alinea con su autoestima interior.

Termina nuestra entrevista y no nos ha hablado de ningún tratamiento de vanguardia…

¡Es cierto! Será en otra ocasión. Agradezco este espacio para hablar de este tema, que me resulta tan importante dentro de la medicina y cirugía estética como el mejor de los tratamientos.

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