Cáncer

“No estaba preparado para una colostomía, pero pudieron revertir la operación y estoy como nuevo. Aunque ahora tengo síntomas leves de Covid”

El todavía presidente de la Federación Española de Esgrima relata a A Tu Salud cómo fue para él tener cáncer de recto y manda un mensaje de esperanza para todos los pacientes con cáncer

Marco Antonio Rioja, presidente de la Federación Española de Esgrima
Marco Antonio Rioja, presidente de la Federación Española de EsgrimaLa RazónLa Razón

Cuando hablamos con Marco Antonio Rioja tiene síntomas leves de Covid-19. “Fiebre y malestar. Espero que se quede ahí”. Esta semana está previsto que deje su cargo como presidente de la Federación Española de Esgrima, pero no lo quiere hacer sin antes mandar un mensaje de esperanza para otros pacientes con cáncer que como él se hayan tenido que someter a este duro proceso. “Me diagnosticaron cáncer de recto en 2019. Me hacía analíticas habitualmente y nunca” le habían salido marcadores tumorales elevados. Un día comenzó a sangrar y a notar molestias, así que “después del verano decidí hacerme una prueba más profunda”. Fue entonces cuando le diagnosticaron adenocarcinoma nivel 3-4. “Lo primero que pensé por un lado fue qué mala suerte”, se ríe nervioso. “Por qué me toca a mí esto. Me explicaron donde estaba ubicado el tumor, muy abajo cerca del esfínter y me dijeron que el tratamiento era radioterapia y operación y después quimioterapia para evitar que hubiera metástasis, ya que dada su ubicación sólo con radioterapia no se podía eliminar entero. Fue entonces cuando me dijeron que me tenían que someter a una colostomía y que llevaría una bolsa de por vida. Esto último me dejó muy fastidiado. No estaba preparado -como nadie- para esa situación”. Después Marco Antonio se enteró de un ensayo clínico del HM Sanchinarro, había posibilidad de un 50% de no requerir esta intervención y vi la luz”.

Sin embargo, la cosa se torció. “Tras someterse a ocho sesiones fuertes de quimioterapia, “de cuatro horas y media cada una, tuve mala o buena suerte según cómo se mire porque ya con la primer sesión atacó al tumor. Pero tras la quimio tuve un acceso y me tuvieron que ingresar. La quimio había causado el acceso. Había eliminado el tumor pero había causado la infección por lo que hasta que no se curara no podía seguir con mi tratamiento. Por ello tuve que someterme a una colostomía, que era precisamente lo que yo quería evitar. También le dieron radioterapia, “fue duro, porque te quema y esa zona estaba demasiado cerca del exterior por lo que fue bastante molesto”.

“Me tomé lo de la bolsa como un accidente necesario para terminar el tratamiento. Recuerdo que pensaba, ojalá me la puedan quitar y si no, bueno, al menos ya la tengo. Al principio, la verdad, no me adaptaba. Con el segundo dispositivo ya no tuve ningún problema. Durante ese tiempo me puse la faja que tengo para hacer deporte encima de la bolsa y te diré que estuve trabajando todos los días salvo los que me tocaba quimioterapia. Eso sí, he viajado muy poco, algo que antes por mi trabajo y afición hacía todos los fines de semana. Pero también se juntó con la pandemia, por lo que al final, pues me fue más fácil adaptarme. En ese sentido, la pandemia no me vino mal”.

En agosto de 2020 se somete a una revisión y le dan buenas noticias. Todo iba bien por lo que “después de un par de meses de espera me autorizaron para hacer la reversión de la colostomía y ahora estoy como nuevo”.

“Lo primero que hice cuando me quitaron la bolsa fue disfrutar de un momento de paz interesante en el hospital en el que hice balance. Todavía estoy bajo tratamiento y deseando que pase la Covid para volver a hacer deporte, que es lo que más me apetece ahora mismo”. Antes, eso sí, tendrá que acudir en marzo a una nueva revisión “aunque a principios de septiembre el Dr. Antonio Cubillo me dijo que había ido bien”. Y es que aunque en su caso no fue posible curarse del tumor sin someterse a esta intervención, aunque si bien luego fue revertida, “estamos curando a aproximadamente el 50% de los pacientes con tumores de recto sin cirugía”, explica el Dr. Cubillo, director del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC Madrid. “En 2009 -prosigue- empezamos con los ensayos basados en dianas moleculares en esta patología. En paralelo, y no sólo nosotros, se vio que esta terapia era igual de buena que la quimioterapia sola al principio del proceso en vez de hacerla al final. Después, en Brasil, en EE UU... se empezó a ver que a algunos pacientes si no se operaban no les pasaba nada si eran pacientes con respuesta completa clínica que al terminar el tratamiento tenían una biopsia negativa”.