Tecnología
Inteligencia Artificial, beneficios vs debilidades
Los expertos piden cambios para evitar riesgos en la salud
Los beneficios que conlleva el uso de la Inteligencia Artificial son innumerables. Su carácter interdisciplinar y su transversalidad, en lo que a campos de aplicación se refiere, hacen de ella una herramienta esencial para construir un futuro más competitivo y eficaz. Pero, ¿cuáles son las aplicaciones y mejoras que aporta esta ciencia a pacientes, profesionales y sociedad en general y qué retos conlleva? Con el objetivo de dar respuesta a esta pregunta, la Fundación Merck Salud presentó su monografía «Inteligencia Artificial en el campo de la Salud. Un nuevo paradigma: aspectos clínicos, éticos y legales», elaborada por 14 expertos.
«Gracias a la IA, avanzamos en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, pero también en desarrollar nuevos medicamentos, porque permite acortar los plazos, y mejorar la vida de los pacientes de una manera más eficiente. Es una herramienta crucial», afirma Carmen González Madrid, presidenta de Fundación Merck Salud desde hace diez años.
«Durante los meses de pandemia –prosigue– la IA ha colaborado de forma decisiva en estudio nuevos fármacos, respuesta inmune... quizá ha tenido menos impacto en la gestión de pacientes, pero esto es muy importante porque es necesario tener en cuenta todas las consecuencias éticas de su uso».
En este sentido, Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, explica que es importante «pulir el principio de prevención, implementar el principio de doble uso, desarrollar el derecho a revisión humana, ya no cabe la posibilidad de que sea la máquina la que tome las decisiones y ante el gran reto del envejecimiento las nuevas tecnologías pueden ayudar pero no pueden suplir el cuidado de las personas mayores, tiene que haber una inteligencia colaborativa, y primar no el ahorro de dinero, que lo hacen, sino en la mejora. Hay que trabajar en esos derechos y principios». También conlleva cambios, así para De Montalvo, es necesario «hacer un uso secundario de datos de la salud con garantías. Hay que cambiar el modelo Helsinki porque sus datos sanitarios pueden salvar vidas al ayudar a otros a que superen su enfermedad».
Y urge «que los sanitarios lideremos este cambio. No podemos mirar para otro lado. Esto no va solo de tecnología. Los datos no sirven para nada si no son de calidad. Y la decisión final la hemos de tener los sanitarios, los datos vienen a ayudarnos en la toma de decisión», afirmó Dr. Jaime del Barrio, presidente de la Asociación Salud Digital. En esta misma línea se manifestó Julio Lorca, director de Desarrollo Salud Digital de DKV: «Es necesaria la auditabilidad. Los sistemas de aprendizaje automático pueden reprogramarse a sí mismos. De ahí que sea necesaria la supervisión de un profesional. Estamos lejos de una IA realmente autónoma que pueda tomar decisiones en ausencia de un profesional».
«Hay que buscar y ofrecer esa máxima eficiencia que tienen esos datos» y asegurarse de que «este cambio lo lideramos los sanitarios con los pacientes. Toda la tecnología en medicina es en sí un medio, el fin es el paciente», concluyó el Dr. Jesús García-Foncillas, director de Oncología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
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