Salud

La baja cooperación internacional, una traba más en la lucha contra la pandemia

La cooperación internacional frente a la pandemia es muy baja, debido a que muchas sociedades se han visto atraídas por la competencia, afirmó que el jefe del Grupo ISGlobal, Jeffrey Lazarus

Una mujer sostiene un cartel donde se lee “Vaccines for Everyone!” durante una manifestación que reclama la liberación de las patentes de las vacunas para el Covid-19 en Valencia el pasado mes de abril
Una mujer sostiene un cartel donde se lee “Vaccines for Everyone!” durante una manifestación que reclama la liberación de las patentes de las vacunas para el Covid-19 en Valencia el pasado mes de abrilJorge Gil

La cooperación internacional frente a la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) es muy baja, debido a que muchas sociedades se han visto atraídas por la competición, afirmó que el jefe del Grupo de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona, Jeffrey Lazarus.

El experto hizo esta observación en vista de que los fallecimientos en Europa debido al virus llegaron al millón y la situación aún está lejos de control.

Lazarus lamentó que esta competición internacional haya fomentado la desconfianza de la población, tanto que muchas personas en el mundo se rehúsan a aplicarse las vacunas.

“Los países deben comprometerse en lanzar una campaña de información que reduzca el miedo generalizado de las personas, ya que a este punto de la pandemia es indispensable lograr una inmunidad de rebaño”, señaló.

“Para acelerar el proceso de vacunación es necesario tener más más dosis de vacunas. Y ante su escasez, se debe fomentar la mayor producción de dosis en todos los países que tengan los recursos para fabricarlos”, planteó.

El entrevistado reconoció en ese sentido que el mecanismo de acceso global a vacunas contra la COVID-19, conocido como COVAX, será de gran ayuda en países con economías en desarrollo.

Para Lazarus, además del fondo COVAX, es necesario fomentar una gran colaboración mundial para su producción, al tener en cuenta que una vacuna necesita docenas de componentes.

Hace falta promover la cooperación de países en la aportación de los recursos que necesitan las farmacéuticas, ya que no todos cuentan con plantas para llenar y terminar su producción, según la explicación del especialista.

“Es importante acelerar la producción y así también el proceso de vacunación, pues cada día que pasa es un día de cuantiosas pérdidas humanas en el mundo”, aseveró.

Al referirse a la llamada “zona verde”, que representa una región sin la COVID-19, el especialista expresó que España es un país idóneo para implementar el método “micro-eliminación por colores”, ya que al estar dividida por comunidades es más fácil delimitar los lugares y buscar así su cambio a “zona verde” en lugar de “roja” (incidencia de contagios).

“Este método fue muy exitoso en China, sobre todo en Wuhan (capital de la provincia central de Hubei), lugar donde se descubrió primero el coronavirus”, dijo, así como en Australia, “ya que los gobiernos cerraron las regiones hasta llegar a ‘verde’, y cuando se notificó algún caso positivo, se hizo un estricto seguimiento hasta erradicar el brote”.

“Antes de implementar este método es necesario hacer más pruebas para identificar qué zonas tienen un número elevado de infecciones para aislarlas o imponer cuarentenas. De esta manera, las comunidades podrían ayudarse mutuamente, más allá de perjudicarse”, explicó.

El especialista advirtió que otra problemática de muchos países es la poca exigencia de realización de pruebas para detectar la COVID-19, ya que hay Estados que piden una prueba 24 horas antes de viajar, incluso en los aeropuertos, mientras que otros la solicitan con 72 horas previas.

“Si bien España es un país que depende del turismo y necesita abrir sus bares, restaurantes y hoteles para salvar la economía, es mejor apostar por un turismo sano, ya que sin salud no hay economía”, recalcó el experto.

Lazarus reconoció también el esfuerzo europeo por salvar la economía regional, aunque el turista tendría más confianza al viajar si “se siente protegido”.