Salud
Confirman que operar las cataratas reduce un 30% el riesgo de desarrollar demencia y alzhéimer
Aumentar la cantidad de información sensorial que se recibe es una de las explicaciones para lograr este contundente beneficio, según una nueva investigación
La literatura científica ha demostrado que las cataratas afectan a la mayoría de los adultos mayores con riesgo de demencia, y ahora los investigadores están encontrando una fuerte evidencia de que la cirugía de cataratas se asocia con un menor riesgo de desarrollar demencia, tal y como se confirma en un estudio publicado en la revista científica «JAMA Internal Medicine». Se trata de un estudio observacional de larga duración, denominado «Adult Changes in Thought (ACT») y realizado por el Kaiser Permanente Washington, de Estados Unidos, con más de 5.000 participantes mayores de 65 años.
Basándose en los datos longitudinales de más de 3.000 participantes en el estudio ACT, los investigadores han descubierto que aquellas personas que se sometieron a una operación de cataratas tenían un riesgo casi un 30% menor de desarrollar demencia por cualquier causa en comparación con los que no lo hicieron. Esta reducción del riesgo se mantuvo durante al menos una década después de la operación. Además, la cirugía de cataratas también se asoció a un menor riesgo de demencia por enfermedad de Alzheimer específicamente.
La investigadora principal, la doctora Cecilia S. Lee, profesora asociada y titular de la Cátedra de la Familia Klorfine de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, asegura que el estudio observacional se ajustó a una serie de posibles factores de confusión, pero aún así se obtuvo una fuerte asociación. «Este tipo de pruebas es lo mejor que se puede conseguir en epidemiología. Es realmente emocionante porque ninguna otra intervención médica ha mostrado una asociación tan fuerte con la disminución del riesgo de demencia en individuos mayores».
Hipótesis
En este estudio no se determinaron los mecanismos por los que se asocian la cirugía de cataratas y la disminución del riesgo de demencia. Los investigadores plantean la hipótesis de que las personas pueden recibir una información sensorial de mayor calidad después de la cirugía de cataratas, lo que podría tener un efecto beneficioso en la reducción del riesgo de demencia. «Estos resultados concuerdan con la idea de que el aporte sensorial al cerebro es importante para la salud cerebral», apunta el coautor, el doctor Eric B. Larson, investigador principal del estudio «ACT» e investigador principal del Instituto de Investigación de Salud de Kaiser Permanente de Washington.
Pero no es la única explicación, ya que Lee apunta que otra hipótesis es que después de la cirugía de cataratas, las personas reciben más luz azul. «Algunas células especiales de la retina están asociadas a la cognición y regulan los ciclos del sueño, y estas células responden bien a la luz azul. Las cataratas bloquean específicamente la luz azul, y la cirugía de cataratas podría reactivar esas células», detalla.
Los resultados del estudio ponen de manifiesto la necesidad de seguir investigando la conexión ojo-cerebro en la demencia. Estudios anteriores del grupo de Lee en la UW han demostrado una fuerte relación entre otras enfermedades de la retina, como la degeneración macular asociada a la edad, y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y la demencia. De hecho, los sujetos con degeneración macular u otras enfermedades degenerativas de la retina son más propensos a desarrollar demencia. En el estudio actual, los sujetos sometidos a cirugía de cataratas para mejorar la visión tenían menos riesgo de desarrollar demencia. Comprender mejor la conexión entre el ojo y el cerebro que envejece puede ofrecer información y posibles terapias para retrasar o prevenir la demencia relacionada con la edad.
«Investigaciones innovadoras como la del doctor Lee están ayudando a descubrir cómo los cambios relacionados con la edad en nuestros sentidos contribuyen a la demencia», resalta el doctor Howard Fillit, director ejecutivo fundador y director científico de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation (ADDF), una organización sin ánimo de lucro dedicada exclusivamente a acelerar el descubrimiento y desarrollo de fármacos para tratar y prevenir la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas.
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