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¿Qué probabilidad tiene de sufrir demencia? Su frecuencia cardíaca en reposo es la clave

Las personas con 80 latidos por minuto o más en promedio tienen un 55% más de riesgo de demencia que aquellos con una frecuencia cardíaca de 60 a 69

La presencia excesiva de neutrófilos circulando en el torrente sanguíneo significa un mayor riesgo de crisis cardiaca
La presencia excesiva de neutrófilos circulando en el torrente sanguíneo significa un mayor riesgo de crisis cardiacaDreamstimeDreamstime

Una frecuencia cardíaca en reposo normal para los adultos oscila entre los 60 y los 100 latidos por minuto. Generalmente, cuanto más se acerque a 60 mejor es el estado físico cardiovascular. Pero, ¿tener una frecuencia cardíaca en reposo elevada en la vejez puede ser un factor de riesgo de demencia? Esa es la pregunta que se hizo un equipo de investigadores del Instituto de Karolinska en Suecia.

Se espera que la cantidad de personas que viven con demencia pase de 55 millones en 2020 a 139 millones en todo el mundo para 2050, según la organización Alzheimer’s Disease International. Actualmente, no existe una cura para la demencia, pero la evidencia creciente sugiere que mantener un estilo de vida saludable y la salud cardiovascular podría ayudar a retrasar la aparición de la demencia y aliviar los síntomas.

En este estudio, los investigadores examinaron si la frecuencia cardíaca en reposo en 2.147 personas de 60 años o más que vivían en Estocolmo podría estar relacionada con la demencia y el deterioro cognitivo independientemente de otros factores de riesgo conocidos, como las enfermedades cardiovasculares.

El estudio, que siguió a los participantes durante 12 años, mostró que las personas con una frecuencia cardíaca en reposo de 80 latidos por minuto o más en promedio tenían un 55 por ciento más de riesgo de demencia que aquellos con una frecuencia cardíaca de 60 a 69 latidos por minuto.

La asociación siguió siendo significativa después de ajustar por posibles factores de confusión, como diversas enfermedades cardiovasculares. No obstante, los investigadores reconocen que el resultado puede haberse visto afectado por eventos cardiovasculares no detectados y el hecho de que hubo participantes con enfermedad cardiovascular que murieron durante el período de seguimiento y, por lo tanto, no tuvieron tiempo para desarrollar demencia.

El trabajo no puede establecer una relación causal, pero los investigadores ofrecen varias explicaciones plausibles para la asociación, incluido el efecto de las enfermedades cardiovasculares subyacentes y los factores de riesgo cardiovascular, arterias rígidas y desequilibrio entre las actividades nerviosas simpáticas y parasimpáticas.

“Creemos que sería valioso explorar si la frecuencia cardíaca en reposo podría identificar a los pacientes con alto riesgo de demencia. Si seguimos cuidadosamente la función cognitiva de estos pacientes e intervenimos temprano, la aparición de la demencia podría retrasarse, lo que puede tener un impacto sustancial en su calidad de vida”, asegura la investigadora Yume Imahori, la autora principal del estudio que fue dirigido por el profesor Dr. Chengxuan Qiu.

La investigación -cuyos datos se derivaron del estudio nacional sueco sobre envejecimiento y atención en Kungsholmen (SNAC-K)- fue financiada por el Ministerio de Salud y Asuntos Sociales de Suecia, el Consejo de Investigación de Suecia, el Consejo de Investigación de Suecia para la Salud, la Vida Laboral y el Bienestar, la Fundación Sueca para la Cooperación Internacional en Investigación y Educación Superior, el Instituto Karolinska y la Unión Europea.