Reproducción asistida
La hormona de crecimiento aumenta el porcentaje de éxito en la lucha contra la infertilidad
Numerosos estudios confirman el efecto positivo de esta hormona en los tratamientos de reproducción asistida.
Se ha comprobado que la utilización de esta hormona mejora la estimulación ovárica, acrecienta la fertilidad en mujeres maduras, incrementa la receptividad uterina de los embriones, facilita la maduración de óvulos in vitro y mejora la circulación de la sangre en los ovarios. Estos beneficiosos efectos no son un nuevo descubrimiento, ya que, por ejemplo, podemos encontrarlos descritos en una de las mayores colecciones de datos sobre el papel de la hormona de crecimiento en la función reproductiva femenina publicada en los años 2020-2021 gracias al doctor Jan Tesarik, de la Clínica MARGen, quien, combinándolo con sus propias investigaciones, reunió estudios realizados por un total de 53 científicos —australianos, chinos, taiwaneses, estadounidenses, estonios, daneses y españoles—, que se publicaron como una serie especial de artículos en la prestigiosa revista científica Frontiers in Endocrinology.
Pionero en la utilización de esta hormona en la reproducción asistida humana, Jan Tesarik ya publicó en 2005 el primer ensayo controlado aleatorio demostrando los beneficios de su uso en tentativas de reproducción asistida realizadas en mujeres de más de 40 años, ya que, según descubrió, la concentración de esta hormona disminuye con la edad de la mujer, y, si se aplica un tratamiento que equilibre el déficit, se logra reajustar el reloj del aparato reproductivo varios años, consiguiendo un rejuvenecimiento significativo de la función reproductiva femenina.
Pero su uso no solo está recomendado para féminas de más de 40 años, el Dr. Tesarik declara que «la hormona de crecimiento se puede utilizar como un tratamiento adyuvante para mejorar la calidad y la cantidad de los óvulos de mujeres de edad avanzada o con una insuficiencia ovárica, pero también puede ayudar a mujeres más jóvenes. El mecanismo de acción de esta hormona que se observa en mujeres entre 41 y 46 años parece estimular la activación de la reparación del ADN, mientras que en las más jóvenes mejora la respuesta de los ovarios a las hormonas utilizadas para el ciclo de reproducción asistida: hormona foliculoestimulante (FSH) y luteinizante (LH). Sin embargo, el mecanismo exacto, tanto en unas como en otras pacientes, queda aún por determinar, pero no hay duda de que aumenta la probabilidad de éxito de conseguir el deseo de ser madres de estas mujeres».
Lo cierto e indudable es que la medicina reproductiva es la esperanza para numerosas mujeres y familias con problemas de fertilidad, por lo que es responsabilidad del médico ofrecerles aquello que con certeza aumente las probabilidades de éxito de los tratamientos —sin riesgo para la salud—. Sin embargo, la hormona de crecimiento no es barata y en algunas mujeres no tiene efecto alguno. Según la opinión del doctor Tesarik, «es preciso realizar nuevos estudios moleculares y clínicos para establecer criterios más exactos como una base de argumentos a favor o en contra de su utilización. Así podremos incluir la hormona de crecimiento en los protocolos personalizados de los tratamientos de infertilidad, en lugar de utilizarla indiscriminadamente en todos casos. En la clínica MARGen ya disponemos de una serie de datos preliminares que nos están acercando a esta meta».
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