Coronavirus
Retrato de la pandemia vista a través de un PET
Afecciones pulmonares al inicio de la crisis sanitaria, que dieron paso a otras en las mucosas al final, las imágenes muestran cómo ha sido su evolución en estos dos años
Desde el inicio de la pandemia el Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid ha estado sometiendo a sus pacientes, principalmente oncológicos, a pruebas de PET-CT. Gracias a ellas observaron cómo se estaba manifestando la Covid-19 en sus pacientes oncológicos afectados por esta infección. Las imágenes que han obtenido a lo largo del tiempo muestran cómo ha sido la evolución de la pandemia durante estos dos últimos años.
El PET-CT se hace «como parte del protocolo de seguimiento de pacientes oncológicos, que son asintomáticos y con PCR negativos en caso de sospecha de infección por SARS-CoV-2. Aunque eran PCR negativos, sí que observamos las consecuencias de haber sufrido la infección por covid», cuenta Antonio Maldonado, jefe del Servicio de Medicina Nuclear de este hospital. Pero no a todos, se realizaba, solo «a los que necesitaban control por PET de su proceso oncológico».
Y el resultado, tal y como explica el experto, ha sido que «ha ido cambiando la repercusión en diferentes órganos según la fase de la pandemia y tras la introducción de las vacunas. Durante la primera ola, a partir de marzo de 2020, era muy frecuente observar afectaciones pulmonares (imágenes 1 y 2). Llegó a apreciarse en el 4% de todos los pacientes a los que sometimos a pruebas PET. La Covid-19 no deja de ser una vasculitis sistémica que afecta a vasos de diferentes órganos. Después, con el inicio de la vacunación, desde principios de 2021, comenzamos a ver captaciones locales en la zona del hombro y adenopatías (imágenes 3 y 4). Con la llegada y generalización de la variante Ómicron, a finales de 2021, se ha observado un cambio de patrón: no advertimos afectaciones pulmonares como en la primera ola, pero se aprecian con frecuencia captaciones en las mucosas oro y nasofaríngeas (imágenes 5 y 6). Este nuevo patrón lo observamos desde diciembre de 20».
Las vacunas
Además, en algunos casos estas afectaciones se pueden confundir con tumores cancerígenos, «por eso es importante dejarlo reflejado en el informe, para no confundir al oncólogo y evitar pruebas invasivas innecesarias (punciones para obtener células y confirmar si son cancerígenas). Los médicos nucleares deben conocer que la covid es el origen de captaciones que se están produciendo y valorarlo adecuadamente. Si lo conocen, no alarmarán innecesariamente a los oncólogos o a los pacientes y evitarán realizar procedimientos invasivos que no son necesarios. Es importante manifestar claramente en los informes que estos hallazgos son benignos para que no alteren el tratamiento de estos pacientes.
El trabajo también ha servido para valorar las diferentes reacciones producidas por las vacunas anticovid aunque, como puntualiza Maldonado, «de forma casual, dado que el PET no se hacía para ver este tipo de reacciones sino para control de su proceso oncológico». «Observamos que, en nuestra serie de pacientes, la vacuna de Moderna fue la que más reacción producía, que generalmente provocaba también captación en los ganglios adyacentes a la zona de vacunación» (imágenes 3 y 4) aunque «desconocemos el motivo». Por contra, «la de AstraZeneca era la que menos tenía», si bien «eran muy similares».
Este trabajo del Servicio de Medicina Nuclear de Quirónsalud Madrid ha llamado la atención internacionalmente y se ha difundido en la reunión de la Sociedad Americana de Medicina Nuclear que se ha celebrado en Vancouver (Canadá) esta semana. «Han elegido nuestro trabajo entre alrededor de 2.000 para destacarlo como una de las mejores presentaciones del año», afirma Maldonado, que también ha presentado sus resultados en el congreso de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram).
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