Encuesta

Solo el 17% aplica bien el tratamiento antipiojos

Entre las medidas para garantizar su eficacia hay que evitar el secador tras usar el producto pues el calor inactiva su efecto

Incidencia de piojos
InfografíaMiguel Roselló

En la pandemia la incidencia de la pediculosis se ha reducido considerablemente, pero es previsible que, con la supresión de las medidas de distanciamiento social y de los grupos burbuja en los centros escolares, aumenten los casos de piojos de forma similar a la «época precovid» cuando la mitad de los niños españoles de entre tres y 12 años (50,7%) los tuvo alguna vez en los tres años anteriores al coronavirus.

Así lo confirma el IX Estudio CinfaSalud «Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis», hecho en 2019 y avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac). Basado en un cuestionario online a 3.072 padres con hijos de tres a 12 años escolarizados (4.204 niños), señala, además, que es más frecuente en las niñas: el 55,8% tuvo piojos en los tres años anteriores a la pandemia, frente al 47,5% de los niños. «Esto se explica porque el pelo largo supone una mayor superficie de transmisión y porque entre ellas son más habituales los juegos de cercanía y son más proclives a compartir artículos de pelo», afirma Julio Maset, médico de Cinfa.

La incidencia de los parásitos en escolares de 6 o más años es también significativamente mayor, pues, como revela la investigación, padecieron este problema el 55,7% de los de 10 a 12 años y el 52,8% de los que tienen de 6 a 9 años, frente al 42,9% de los más pequeños (de 3 a 5 años). Nueve de cada diez familias creen que sus hijos se contagiaron en el colegio, aunque el 6,9% piensa que solo han podido contraerlos fuera de este, bien sea en la piscina (8,6%), en actividades extraescolares (6,7%), en campamentos (6,3%), en otro lugar sin precisar (4,1%) o en el entorno familiar (3,8%).

Incidencia de piojos
Incidencia de piojosMiguel Roselló

Como aclara Ana Molinero, vicepresidenta primera de Sefac, «aunque es muy molesto, el pediculus humanus capitis o piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades, por lo que no constituye un peligro para la salud. De hecho, no siempre produce síntomas. Si los hay, el más frecuente es el picor y la necesidad de rascarse, lo que puede llegar a provocar lesiones en el cuero cabelludo de los niños». El estudio muestra también que, más allá de los síntomas físicos, el impacto psicológico es considerable: uno de cada cuatro padres (24,7%) cree que tenerlos afecta emocionalmente a sus hijos y el 43,5% siente que les afecta a ellos directamente –lo que supone 19 puntos porcentuales más–. Esta afectación se da más en madres, en los progenitores más jóvenes y en familias con niñas o hijos más pequeños. Según Maset, «esto pone en evidencia la necesidad de normalizar la pediculosis como un problema más de salud, fácilmente atajable y en absoluto vinculado al pelo sucio».

Pero relacionarla con la falta de higiene no es el único falso mito en torno al tema. Por ejemplo, la mitad de los progenitores sigue pensando que vuelan de una cabeza a otra (55%) o que las mascotas los contagian (47%). Además, uno de cada tres (29,2%) opina que el mejor remedio para eliminarlos es cortar el pelo, algo que, si bien puede facilitar el tratamiento, no es necesario.

Por último, y según la investigación, el 91% aplica un tratamiento para eliminar los piojos y prácticamente todos (96,4%) creen hacerlo de acuerdo a las instrucciones, sin embargo, el estudio revela que solo el 17% lo lleva a cabo correctamente, ya que es necesario aplicar un conjunto de medidas para garantizar su efectividad: se ha de peinar el cabello mechón a mechón con la lendrera (lo hace el 76,9%); verificar a los siete días si todavía hay parásitos y, en ese caso, reaplicar el tratamiento (64,6%); seguir pasando la lendrera las dos semanas siguientes (64,1%) y evitar el uso del secador tras aplicar el producto, pues el calor inactiva su efecto residual (solo el 20,2% lo tiene en cuenta).

«Los datos revelan que las infestaciones de piojos son ahora más frecuentes y difíciles de tratar debido a un incremento de las resistencias, generadas, la mayor parte de las veces, por una incorrecta aplicación del producto. Por tanto, poner a disposición de los padres información completa y veraz sobre qué es y cómo tratarlo es necesario para evitar que este problema de salud siga aumentando su complejidad», concluye el experto de Cinfa.