Opinión

La anestesia y la sedación: la fina línea entre un feliz sueño, la vida y la muerte

Javier García Fernández es presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Unidades de Dolor (Sedar)

Anestesistas en quirófano
Anestesistas en quirófano123RF123RF

Todo el mundo conoce las palabras anestesia, sedación y anestesista, pero salvo médicos anestesistas y, en gran medida, cirujanos, casi nadie, dentro y fuera de la medicina, conoce realmente en qué consiste la anestesia y la sedación, sus beneficios y también sus riesgos reales. Por eso es frecuente que se opine sobre la especialidad médica de Anestesiología y Reanimación sin un conocimiento profundo previo sobre ella, ni sobre las potenciales consecuencias de la anestesia y la sedación.

Las técnicas de anestesia y sedación comenzaron en los primeros orígenes de la humanidad con el descubrimiento del opio, mandrágora, beleño, cannabis, etanol, cocaína, etc. Pero fue ya en el siglo XIX (1846) cuando, mediante la administración inhalada de éter, se consiguió una verdadera «anestesia» o, según su significado en griego, una verdadera «insensibilidad» ante un procedimiento quirúrgico, fruto de lo cual se inició el desarrollo de la cirugía como la consideramos hoy día.

Podemos hablar de una segunda etapa, en el siglo XIX, representada por el descubrimiento y aplicación de los primeros gases anestésicos generales (éter, cloroformo, óxido nitroso…). Estas primeras etapas de la práctica anestésica fueron muy poco seguras y el margen de seguridad, entre provocar insensibilidad y provocar la muerte directa del paciente, era muy estrecho, lo que hacía que muchos pacientes muriesen durante un gran número de intervenciones quirúrgicas.

La tercera etapa que se puede destacar es la mejora de los fármacos anestésicos. En la segunda mitad del siglo XX, se descubren los modernos gases anestésicos (halotano, isoflurano y, posteriormente, sevoflurano y desflurano), que aún hoy siguen utilizándose. En 1986, se comercializó el famoso Propofol siendo hoy día el fármaco anestésico más comúnmente usado. Pero a pesar de estos avances farmacológicos, la mortalidad de causa directa anestésica seguía siendo muy alta.

La última etapa en la evolución hacia la anestesia moderna, como la consideramos hoy día, se caracteriza por la creación de la especialidad médica en Anestesiología, Reanimación (UCI quirúrgicas) y Unidades de Dolor. Los dos primeros países en crear esta especialidad médica fueron Inglaterra y Estados Unidos, con las primeras escuelas de médicos anestesistas. Nuestro país fue pionero en Europa, constituyendo la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación, en 1953, cumpliendo este año nuestro 70 aniversario.

Hasta ese momento la anestesia general era administrada por todo tipo de profesionales sanitarios, enfermeras, cirujanos y médicos no especialistas. En esa época, en los años 40-50 del pasado siglo XX, la mortalidad por causa de la anestesia era muy elevada (un muerto de causa anestésica por cada 1.000 intervenciones), incluso en los mejores centros anglosajones. Esto significaría actualmente, si aplicamos estas cifras de mortalidad a los cuatro millones de operaciones que se realizan cada año en nuestro país, un total de 4.000 pacientes fallecidos cada año directamente por causa de la anestesia. Estas cifras significan cuatro veces más fallecidos que todos los muertos anuales por causa de los accidentes de tráfico en España cada año.

Con el fin de conseguir llevar a la anestesia y sedación a los niveles máximos de seguridad se creó en 1955 la especialidad de Anestesiología y Reanimación en España, ya que era muy evidente la diferencia de mortalidad entre aquellos pacientes que eran anestesiados por los pocos médicos especialistas en anestesia que empezaron a formarse y el resto de profesionales sanitarios que administraban los fármacos anestésicos.

Inicialmente la formación especializada de médico anestesista fue de tan sólo dos años, además de los seis años de Medicina, aunque pronto se vio que era imprescindible un mínimo de cuatro años de especialización para poder garantizar la seguridad a los pacientes.

Hoy día podemos decir muy satisfechos que los médicos especializados en Anestesiología y Reanimación tras los seis años de carrera de Medicina, más un año estudiando para preparar la oposición MIR, y más los cuatro años de especialización en Anestesiología, hemos llevado a la anestesia y sedación al récord histórico de seguridad nunca antes conocido. Las últimas estadísticas cifran actualmente la mortalidad de causa anestésica en sólo un caso por cada 150.000-200.000 anestesias y sedaciones. Es decir, sobre los cuatro millones de intervenciones quirúrgicas que se realizan anualmente en España, únicamente hay entre 20-26 pacientes al año que mueren por causa directa anestésica, en lugar de los 4.000 que se registraban hace 60 años, cuando era realizada por personal sanitario diferente al médico especialista en Anestesiología.

Esta afirmación está avalada por la prestigiosa revista internacional «New England Journal», probablemente la revista médica más prestigiosa mundialmente, que, en su editorial de enero de 2000, con el cambio del milenio, eligió entre los 10 hitos más importantes sanitarios del milenio, el desarrollo de la anestesiología moderna, la especialidad médica que más ha contribuido a reducir la mortalidad de los pacientes. Esta afirmación la avala también el prestigioso Instituto Americano de la Ciencias Médicas y otros muchos organismos.

La anestesia y los fármacos anestésicos matan de forma directa y, sólo bajo las expertas manos de los médicos especializados en Anestesiología y Reanimación, se ha alcanzado los niveles máximos de seguridad para los pacientes. Volver a proponer fórmulas imaginativas para que profesionales de enfermería o médicos sin la especialización MIR oficial correspondiente, sólo con unos cursillos de unos pocos créditos, practiquen anestesia y sedaciones, sería volver a algo que ya sufrimos: la mortalidad de causa anestésica de hace 50 o 60 años, fruto del desconocimiento profundo de las consecuencias reales de la anestesia y sedación.

Desde la Sedar (Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación–UCI quirúrgica– y Unidades de Dolor) mediante nuestra campaña «¿Dónde está mi médico anestesista?, quiero conocerle», recomendamos a toda la población que antes de ser sometidos a cualquier procedimiento diagnóstico o intervención, sea quirúrgica o de cualquier otro tipo, donde le digan que le van a «dormir, sedar o anestesiar» soliciten de forma explícita, y comprueben directamente, que la anestesia va a ser realizada por un médico anestesista, y que ese médico anestesista únicamente va a estar atendiéndole a él mientras dure todo el procedimiento. La anestesia en manos de un médico anestesista actualmente es un acto médico de muy alto nivel de seguridad mientras que en manos de otro personal sanitario nunca alcanzará el mismo nivel de seguridad. Tú eliges cuál es el nivel de seguridad que decides para tu propia vida y la de tus familiares.