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Conservación

¿Cómo debo conservar las nueces para que no pierdan sus nutrientes?

Si quieres aprovechar al máximo sus beneficios, es fundamental conocer las mejores formas de conservarlas

¿Cómo debo conservar las nueces para que no pierdan sus nutrientes? La Razón

Seguro que alguna vez has comprado un paquete de nueces, listas para ser ese snack saludable que te dará energía durante el día. Pero, después de unas semanas, notas que han perdido su frescura, su textura se ha vuelto blanda y su sabor ya no es el mismo. Pero, ¿qué ha pasado?

Aunque las nueces son una fuente increíble de grasas saludables y antioxidantes, su conservación requiere ciertos cuidados para que no se deterioren rápidamente. ¿Estás seguro de que las estás almacenando bien? Aquí te contamos los errores más comunes y las mejores prácticas para mantenerlas en perfecto estado.

El peor error al guardar nueces (y cómo evitarlo)

Muchas personas cometen el error de almacenar las nueces en su envoltorio original de plástico abierto o simplemente sellado con una pinza. Pero, esto no te funciona porque no es suficiente para evitar que entren en contacto con el aire y la humedad, dos factores que aceleran su oxidación y deterioro.

Para evitarlo, lo mejor es guardarlas en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio, ya que este material no altera su sabor ni permite la absorción de olores externos. Además, es importante almacenarlas en un lugar oscuro y fresco, como una alacena cerrada, ya que la luz y el calor pueden provocar que las grasas saludables que contienen se vuelvan rancias más rápidamente.

En el caso de las castañas, que también son un fruto seco pero con un mayor contenido de humedad, es fundamental evitar que se deshidraten en exceso, ya que pueden volverse duras e incomestibles. Por otro lado, un almacenamiento inadecuado también puede favorecer la aparición de moho.

El truco definitivo: el frigorífico

Si deseas que tus nueces duren mucho más tiempo sin perder sus propiedades, la refrigeración es la mejor opción. De acuerdo con Amy Reed, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de EE.UU., las grasas insaturadas que contienen los frutos secos son especialmente frágiles y pueden deteriorarse rápidamente si se almacenan a temperatura ambiente, sobre todo en climas cálidos o húmedos.

Guardar las nueces en el frogorífico puede extender su frescura hasta seis meses, ya que las bajas temperaturas ralentizan su oxidación. Para ello, es recomendable colocarlas en un recipiente hermético o en una bolsa con cierre hermético, asegurándose de que no queden expuestas a la humedad.

Si se busca una conservación aún más prolongada, la nevera es la mejor alternativa. Al congelarlas en un envase bien sellado y con la menor cantidad de aire posible, las nueces pueden mantenerse en óptimas condiciones hasta por un año. Antes de consumirlas, simplemente hay que dejarlas a temperatura ambiente por unos minutos para que recuperen su textura y sabor original.

Frigorífico lleno de comidaLa Razón

¿Comerlas directamente o remojarlas?

Las nueces son una fuente inagotable de beneficios para la salud, pero su forma de consumo puede influir en la absorción de sus nutrientes. Investigaciones han demostrado que el remojo puede ser una estrategia eficaz para mejorar su biodisponibilidad.

Los frutos secos contienen fitatos, unos compuestos naturales que pueden interferir en la absorción de minerales esenciales como el zinc, el hierro y el magnesio. Remojarlas en agua durante 6 a 8 horas puede ayudar a reducir la cantidad de fitatos, favoreciendo una mejor absorción de estos minerales. Otra forma de potenciar sus beneficios es combinarlas con otros alimentos ricos en grasas saludables, como el yogur natural o el aguacate. Esto mejora la absorción de las vitaminas liposolubles presentes en las nueces, como la vitamina E.

Eso sí, es importante moderar el consumo. Aunque son altamente nutritivas, las nueces tienen un alto contenido calórico. Los expertos recomiendan no ingerir más de 8 unidades al día para evitar un exceso de calorías sin perder sus beneficios nutricionales.

Nueces: el escudo natural para tu salud

Incluir nueces en la alimentación diaria puede tener un impacto positivo en la salud cardiovascular. Diversos estudios han demostrado que su contenido en grasas insaturadas, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y a mejorar la salud arterial, disminuyendo el riesgo de enfermedades del corazón.

Además, el consumo regular de nueces también puede beneficiar la salud intestinal. Se ha observado que estos frutos secos favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, lo que contribuye a una mejor digestión y absorción de nutrientes esenciales. Por si fuera poco, aunque son calóricas, pueden ser una excelente opción para quienes buscan perder peso. Gracias a su alto contenido en grasas saludables y fibra, proporcionan una sensación de saciedad prolongada, lo que puede ayudar a reducir la ingesta de alimentos menos saludables a lo largo del día.

Nueces istock

Los beneficios son reales

Las nueces son un auténtico superalimento, pero para aprovechar todas sus propiedades, es fundamental almacenarlas correctamente. Guardarlas en un recipiente hermético, alejadas de la luz y el calor, o mejor aún, en el frigorífico, garantizará su frescura y sabor por más tiempo.

Asimismo, prestar atención a la forma de consumo puede hacer una gran diferencia en la absorción de sus nutrientes. Remojarlas antes de comerlas y combinarlas con otros alimentos ricos en grasas saludables potenciará sus beneficios para la salud. Así que, ¡dales el cuidado que se merecen y disfrútalas en su mejor versión!