Salud
Fenin plantea la hoja de ruta para integrar tecnología innovadora en Sanidad
La federación propone implantar modelos de compra pública y planificar la inversión, entre otras medidas
La sanidad va ligada a la innovación, ya sea desde el enfoque de la investigación como de la práctica clínica. Y es en esta última faceta en la que las empresas del sector de la tecnología sanitaria se convierten en una herramienta determinante. Sin embargo, esta capacidad de desarrollar avances supone al mismo tiempo un reto para el Sistema Nacional de Salud (SNS), pues, si esa innovación no llega al paciente, de nada sirve.
Para afrontar ese arduo desafío, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, Fenin, ha expuesto este viernes en un seminario informativo celebrado en Burgos distintas soluciones que favorecerían que pacientes y profesionales sanitarios tengan un acceso ágil a las últimas novedades tecnológicas. «Nuestra industria ofrece nuevas respuestas a las necesidades clínicas de los pacientes y también a los retos del sistema sanitario. Es esencial asegurar el acceso a ellas para que los profesionales sanitarios puedan mejorar los diagnósticos y tratamientos de los pacientes. No es posible evolucionar hacia un sistema sanitario de futuro empleando tecnologías del pasado. Sin tecnología no se puede cuidar a los pacientes», ha afirmado Pablo Crespo, secretario general de Fenin, quien ha asegurado que «el acceso a los pacientes a esa tecnología produce mejores resultados en salud y económicos. Ante eso, encontramos riesgos como las políticas economicistas y la visión cortoplacista de los gestores».
Medidas propuestas
Para favorecer la incorporación de tecnología sanitaria de calidad al SNS Fenin propone, entre otras medidas, implantar modelos de compra pública de tecnología sanitaria basados en valor, para preservar la calidad asistencial y cambiar procesos asistenciales haciendo un sistema sanitario más eficiente, o la cultura y planificación de las inversiones para evitar la obsolescencia tecnológica de hospitales y centros de salud.
«La calidad, y no solo el precio, debe ser el factor determinante en los contratos públicos de adquisición de tecnología sanitaria para los servicios de salud. Fenin trabaja con las administraciones sanitarias para que haya nuevos modelos de compra en los que al menos el 50% de los criterios de adjudicación estén ligados al valor que aporta el producto o servicio. Solo la tecnología de calidad asegura diagnósticos precisos y tratamientos más seguros, y, por ende, mejores resultados en salud y una mayor eficiencia del SNS», ha asegurado Crespo.
Respecto a los contratos públicos y productos sanitarios incluidos en la prestación farmacéutica, Fenin solicita que los mismos puedan indexarse –revisión de precios al alza o baja– a lo largo de su vigencia y a tenor de la coyuntura de cada momento, para garantizar la competitividad de España y poner a disposición de los pacientes la mejor tecnología sanitaria. Así, desde la Federación se propone indexarlos al IPC, tal y como ya contemplaba la Ley de Contratos del Sector Público hasta el año 2015. «El IPC acumulado en los últimos años es del 18,5%. Eso pone en riesgo la viabilidad de algunas de nuestras empresas y nos hace menos competitivos, por eso hay que recuperar el modelo que fue válido hasta hace diez años», ha demandado Crespo.
Otro de los retos pendientes es el proceso de renovación del parque tecnológico de los hospitales nacionales. En este sentido, a pesar del éxito del reciente Plan Inveat –que ha permitido renovar y ampliar cerca de 850 equipos de alta tecnología a nivel nacional–, España aún presenta «datos preocupantes de obsolescencia en segmentos de la tecnología que no se beneficiaron de ese plan, superando los umbrales máximos de vida útil (entre 10 y 12 años) que recomiendan los organismos internacionales», ha advertido Crespo. Por ello, Fenin solicita una estrategia nacional de inversiones que permita cumplir con la regla del 60-30-10, es decir, un 60% de equipos disponibles con menos de cinco años, un 30% entre cinco y 10 años y no más de un 10% con una antigüedad superior a 10 años (los cuales se considerarían obsoletos). «El objetivo último debe ser la obsolescencia cero. Hace falta un plan que implique mayor inversión y para eso haría falta aumentar la inversión en tecnología sanitaria en al menos dos mil millones de euros», ha insistido el director general de Fenin.
Cambios legislativos
Para que la hoja de ruta planteada por Fenin pueda llevarse a la práctica de forma eficaz resulta imprescindible realizar cambios legislativos de una manera ágil. De hecho, ya existen algunas normas en tramitación que podrían tener un impacto directo en el sistema sanitario y en el sector de la tecnología. Es el caso, por ejemplo, de la reforma de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, una de las normas matrices de la Sanidad cuyo actual contenido tiene una orientación pensada para el sector farmacéutico, pero no para el sector de la tecnología sanitaria. «Cualquier cambio debe hacerse desde el consenso y con una visión estratégica. Hace 18 años que no se actualiza el catálogo de productos sanitarios y que no se puede incorporar innovación tecnológica a los productos sanitarios que se dispensan en oficina de farmacia con receta. Esto supone que se está poniendo a disposición de los pacientes españoles productos que en muchos países de Europa ya están descatalogados, fundamentales para pacientes crónicos. Es esencial que la nueva ley permita que se incorpore la innovación y que nuestros pacientes puedan mejorar su situación clínica. Es una buena noticia que el Ministerio de Sanidad quiera acometer esta reforma legislativa, pero es necesario que se materialice en una regulación totalmente diferenciada de la de medicamentos ya que nuestro sector es muy diferente. En tecnología no hay genéricos y aquí promovemos la incorporación de la innovación y la apertura del mercado, así como la liberación», advertido Crespo. Por último, desde Fenin han puesto sobre la mesa que el 85% de los productos sanitarios tributan al 21%, «pero es necesario reducir el IVA de los productos sanitarios, ya que eso permitiría ahorrar mil millones de euros para invertir en incorporación de innovación».
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