Ola de calor: ¿Cuántas personas mueren al año en España a causa de un golpe de calor?

La temperatura corporal de un ser humano en perfecto estado de salud se sitúa, más o menos, entre los 36,1 y los 37,2 grados, aunque varía ligeramente en función de cada persona, en función del momento del día, el desarrollo hormonal, la edad, etc. Cuando la temperatura ambiental está por encima, la piel debe liberar este exceso de calor mediante la sudoración de forma que pueda volver a este rango de temperatura tolerable por nuestro organismo.

Sin embargo, esto a veces no es suficiente. Cuando estamos expuestos a temperaturas muy altas durante mucho tiempo, nuestro organismo es incapaz de controlar esa diferencia. Y cuando el cuerpo humano se mantiene a temperaturas muy altas durante un tiempo prolongado, acaba sufriendo un golpe de calor. Lo que puede ocasionar graves daños en órganos vitales. Y si no se pone remedio a tiempo, acabará provocando la muerte.

¿Cuántas personas mueren al año por golpes de calor?

Durante el verano del año pasado se registraron algo más de 61.600 muertes a raíz de las altas temperaturas en toda Europa, de acuerdo con un estudio de Instituto de Salud Global de Barcelona compartido por la revista Nature Medicine. El país con el mayor número de fallecidos fue Italia, donde murieron algo más de 18.000 personas.

Para nuestra desgracia, el segundo lugar lo ocupó España, donde se contaron hasta 12.000 fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas, según investigaciones de la Fundación para la Investigación del Clima, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Valencia y el Consorcio Español para la Investigación en Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp).

Estas terribles cifras están muy por encima de los datos que alcanzamos en años anteriores, que no suelen superar los 8.000 muertos al año. Este aumento en el número de muertes por el calor se achaca a un aumento de 2,7 grados sobre la media histórica de temperatura, que convirtieron al verano pasado en el más caluroso en España desde el año 1961, cuando se comenzaron a recopilar datos, según la Agencia Española de Meteorología (AEMET).

La gran mayoría de estas muertes está relacionada con la existencia de patologías previas, normalmente respiratorias o cardiovasculares, que desencadenan diferentes tipos de crisis (como infartos, por ejemplo), que acaban provocando la muerte del afectado antes de que el paciente pise siquiera el hospital. En las cifras de fallecimientos relacionados con las altas temperaturas están además sobrerrepresentados otros grupos vulnerables, como los ancianos o los trabajadores que realizan su actividad al aire libre (camareros, obreros, jardineros, etc.).

Ahora bien, de todas estas muertes relacionadas de una forma u otra con el calor, "los fallecimientos por golpe de calor representan un porcentaje muy pequeño, un 2 o un 3%, de las muertes por altas temperaturas", explicó Dominic Royé, responsable de datos de la Fundación para la Investigación del Clima, en una entrevista con el Heraldo de Aragón.

¿Cómo sé si estoy sufriendo un golpe de calor?

Durante un golpe de calor, el afectado suele sentir confusión, agitación, desorientación, mareos o dificultad para hablar. También puede haber sequedad, enrojecimiento de la piel, dolor de cabeza y debilidad muscular. Además, es probable experimentar náuseas, vómitos y tener una respiración y frecuencia cardíaca acelerada debido al calor extremo. El agotamiento repentino y el desmayo también son comunes en estas situaciones.

Cuando nosotros o alguien de nuestro entorno manifiesta varios de estos síntomas, es importante que sepamos cómo actuar para evitar consecuencias fatales. En primer lugar, lo que debemos hacer es llamar a emergencias para recibir tratamiento profesional tan pronto como sea posible. Y en el tiempo que tarden en llegar, es fundamental que tratemos de bajar la temperatura corporal hasta que esté dentro de un rango saludable.

Y para eso podemos hacer varias cosas, como sumergirse en agua fría, refugiarse bajo la sombra, utilizar un abanico, etc. Convendría, además, que si bajamos la temperatura corporal, lo hagamos de forma progresiva. Y para eso, lo mejor es utilizar toallas mojadas en agua fresca, que deberemos colocar en la ingle, el cuello, la espalda o las axilas. Cuanto antes se realicen estas recomendaciones, menos graves serán las consecuencias producidas por el golpe de calor. También es importante hidratarse bien, bebiendo agua poco a poco, siempre que la persona que sufre el golpe de calor esté consciente.