Alimentación
Sensibilidad al gluten: ¿soy celíaco?
La respuesta está clara, no es necesario ser celíaco para experimentar cierta, en mayor o menor grado, sensibilidad al gluten. Es realmente indistinguible de un celíaco diagnosticado desde un punto de vista clínico, pero sin duda puede existir cierta sensibilidad al gluten que no sea calificada como celíaca. Este caso generalmente se diagnostica en pacientes en los que hay evidencias de que la patología que padecen está causada por el gluten, a pesar de haber descartado previamente la enfermedad celíaca y la alergia al trigo.
La respuesta está clara, no es necesario ser celíaco para experimentar cierta, en mayor o menor grado, sensibilidad al gluten. Es realmente indistinguible de un celíaco diagnosticado desde un punto de vista clínico, pero sin duda puede existir cierta sensibilidad al gluten que no sea calificada como celíaca. Este caso generalmente se diagnostica en pacientes en los que hay evidencias de que la patología que padecen está causada por el gluten, a pesar de haber descartado previamente la enfermedad celíaca y la alergia al trigo.
¿Cuáles serían los síntomas de tener sensibilidad al gluten pero no ser celíaco? En este caso, predominan las manifestaciones extradigestivas; dolores óseos y de articulaciones, alteraciones en el comportamiento, fatiga, pérdida de peso, apatía o hasta calambres.
¿Cómo se diagnostica? Lo primero que requiere este diagnóstico es descartar la enfermedad celíaca y la alergia al trigo. El segundo paso es someter al paciente a una dieta sin gluten. El día a día será lo que confirme dicha sensibilidad, ya que si se observa una mejoría en la rutina y una recaída del paciente cuando el gluten es reintroducido en su alimentación, el resultado es concluyente.
¿Qué tratamiento tiene la sensibilidad al gluten no celíaca? Tal cual como si el paciente fuese diagnosticado como celíaco; el tratamiento se basa en una dieta sin gluten estricta y de por vida.
Una de las primeras preguntas que los no celíacos, o sensibles al gluten, se hacen, es saber ¿qué alimentos contienen gluten y qué alimentos no? Lo primero de todo es saber que el gluten son algunas proteínas vegetales que se encuentran en el trigo, el centeno, la cebada y la avena, por lo que el gluten estará presente en muchos productos de nuestra alimentación diaria que contengan alguno de esos cereales.
Estos son algunos alimentos que no contienen gluten y que por lo tanto, el paciente podrá consumir en su vida diaria: aceites, mantequilla, leche blanca, aceitunas, legumbre, quínoa, soya, café en grano, té, hierbas naturales, arroz, papas, mandioca, carnes blancas y rojas, pescados y mariscos, frutos secos (nueces, almendras, maní, avellanas, piñones, castañas, etc.). También están las semillas como la linaza, sésamo, amapola y girasol, entre otras. Asimismo, son libres de gluten las frutas, verduras y hortalizas, huevos, choclo (maíz), miel, azúcar, sal, condimentos (canela, romero, tomillo, pimienta, comino, etc.) y bebidas alcohólicas como el vino, tequila, ron, champagne, sidra, pisco, coñac y aguardiente de uva.
Afortunadamente la sociedad cada vez está más concienciada y hoy en día se pueden encontrar platos en restaurantes aptos para celíacos, productos de uso personal (cremas, maquillaje, colutorios...) y harinas específicas como la harina de quínoa, arroz o soja, aptas para el consumo de quienes son sensibles al gluten.
Te recomendamos dos libros: Vivir bien sin gluten de Isabel Polanco y Deliciosa cocina sin gluten de Frédérique Jules, Jennifer Lepoutre y Mitsuru Yanase.
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