Sociedad
Los palabros que marcarán 2020
Algunos de los términos no son nuevos, como algarroba o flexitariano, pero a lo largo de este año se utilizarán más. Otras expresiones, en cambio, nos sorprenderán, como «flygskam»: un movimiento que arranca en Suecia y se traduce como vergüenza de volar en avión a causa del impacto ambiental
Ya intuimos que lo de convertirse en vegano a tiempo completo en un país que idolatra el jamón ibérico no iría demasiado lejos. Que los mismos «influencers» y famosos que marcan cómo debemos comer, vestir o comportarnos no tardarían en doblegarse ante esa paella que, como dice el chef británico Jamie Oliver, con chorizo sabe mejor. Así ha sido y ahora sorprenden con una palabreja que no dejaremos de ver y oír en diversos formatos durante 2020: el flexitarianismo. Es decir, vegano, pero a ratos.
Según describe el bloguero gastronómico Eugenio García, sería el resultado de unir flexible y vegetariano. «Es una voz nueva –dice–, no aceptada aún por la Real Academia Española, que se refiere a aquellas personas que basan su alimentación en una dieta vegetariana, pero, de manera ocasional y por diversas razones, consumen algunos productos de origen animal: mariscos, pescados, aves y carnes».
Digamos que la dieta flexitariana llega para purgar la mala conciencia de aquellos que entronizan el veganismo, pero a la vista de un chuletón acatan la evidencia científica que expone el paleontólogo Eudald Carbonell en su libro «Recetas Paleo»: «La carne nos hace humanos». Así es desde hace aproximadamente 2,5 millones de años, cuando nuestro cerebro comenzó a expandirse.
Dos de cada tres vegetarianos consumen ocasionalmente productos de origen animal y había que ofrecer una respuesta a modo de absolución. Los británicos proponen los Meat Free Mondays (lunes sin carne), con Paul McCartney como impulsor, y muchos estadounidenses siguen el plan del nutricionista Mark Bittman Vegan Before Six (vegano antes de las seis). En España, al menos de momento, lo dejamos en flexitariano. El palabro suena mal, pero peor habría sido reducetarianos, que son aquellos con una aspiración similar. En todos, la carne queda absuelta sin que ello se considere una transgresión. Pura hipocresía, pero magnífica si sirve para recuperar la alimentación mediterránea tradicional, sin más credo que el gusto personal y la libertad para escoger el estilo de vida que cada uno considere más saludable.
Directo al paladar
En este embrollo de modas y predicciones alimentarias catastrofistas destaca algún dato serio como el que en esta ocasión sirve para rescatar otra palabra que se impondrá en la gastronomía durante este nuevo año: la algarroba. Al lector más veterano le sonará por el personaje al que dio vida Álvaro de Luna en la mítica serie de la Transición «Curro Jiménez». Hoy llega al paladar como superalimento con cualidades para sustituir al chocolate y como ejemplo de agricultura sostenible al ser un producto típicamente mediterráneo.
La algarroba entrará en 2020 llena de razones para ocupar el lugar que merece en la cocina después de que un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), liderado por José Ignacio López-Sánchez, Diego A. Moreno y Cristina García-Viguera, haya encontrado las múltiples cualidades del D-pinitol de esta legumbre. Además de antidiabético es antioxidante, ayuda a prevenir el cáncer, protege del estrés oxidativo a los tejidos hepático, renal y pancreático y tiene gran capacidad de fortalecer el sistema inmunológico y tratar enfermedades como la artritis reumatoide o la inflamación crónica.
La sostenibilidad se ha convertido en el motivo más poderoso en la admisión de nuevas palabrejas en nuestro lenguaje cotidiano y buen ejemplo es el listado de los doce términos que ha elegido la consultora Innuba como aquellos que marcarán nuestras conversaciones en 2020. Entre ellos encontramos el enricrecimiento, un juego de voces que suma riqueza y crecimiento emocional y social, tanto a nivel personal como colectivo. «Alude a un nuevo modelo de cambio en la empresa que permite un enriquecimiento económico sostenible y compatible con la calidad de vida de todas las personas involucradas», justifican los autores.
En su catálogo encontramos también «flygskam», un movimiento que arranca en Suecia y se traduce como vergüenza de volar en avión a causa del impacto sobre el medio ambiente. Como alternativa, otro palabro igualmente impronunciable, «tagskyrt» u orgullo de viajar en tren. La lista de Innuba incluye entre las voces de moda, el «social telling», que es la nueva forma de contar historias en las redes sociales con un impacto positivo. Sería una variante algo más sensiblera del storytelling, una estrategia muy usada por las marcas para crear valor e interés en los usuarios más allá del contenido corporativo. Es otro modo de jugar con nuestras mentes y conseguir un vínculo emocional con el producto. Más o menos lo que vienen haciendo desde hace décadas, pero con una fachada cosmopolita y algo más cursi.
Sin salirnos del ámbito empresarial, 2020 va a ser el año de los «chatbots», o conversaciones en las que nuestro interlocutor es una inteligencia artificial. El 80% de las empresas los usarán. Según la plataforma digital Drift, el 27% de los clientes estadounidenses ya sabe cómo adquirir productos a través de un asistente de voz y el 31% de las grandes empresas incorporará chatbots en los próximos doce meses. De momento, lo que las encuestas revelan es que los clientes no están del todo satisfechos con sus resultados y prefieren seguir lidiando sus asuntos bancarios, por ejemplo, con una persona.
No podemos olvidar los acrónimos de moda más influyentes: GAFA y HIIT. El primero se veía venir y empieza a apoltronarse cada vez más en nuestro lenguaje al permitir nombrar de una sola tacada las cuatro compañías tecnológicas más poderosos: Google, Amazon, Facebook y Apple. El acrónimo es la rendición definitiva a los gigantes que dominan la economía digital en el mundo y las reglas que mueven nuestros comportamientos.
El segundo, HIIT (High Intensity Interval Training), es un entrenamiento cardiovascular muy intenso para quemar grasa y fortalecer músculos en intervalos cortos. Uno de los responsables de que ocupe un lugar en la lista de palabras para 2020 es el actor australiano Chris Hemsworth, al descubrir recientemente en sus redes que era su secreto para mantenerse en forma. El HIIT se lleva a cabo principalmente en el ámbito de la resistencia: en la bicicleta, la cinta de correr, la bicicleta elíptica o la piscina. Mezcla breves intervalos de trabajo fuerte con otros, también cortos, de relajación, ya sea completa o parcial. De esta manera se maximizan los resultados minimizando el tiempo de trabajo.
El año que se va se despide de algunas expresiones y otras empiezan a perder fuerza como «genderless», la moda andrógina que dijo adiós al género hace unas temporadas. Ahora las pasarelas y las grandes firmas anuncian para las próximas temporadas la reinvención de lo femenino a nivel estético con elementos tradicionalmente femeninos: camisas con lazada, volantes, encajes y volúmenes que dejan claro que la intención de la androginia ya cumplió su cometido. Aunque lo mixto se mantendrá en algunas marcas, asistiremos a la feminidad burguesa y setentera de Victoria Beckham, Marc Jacbos y Altuzarra, o en clave romántica y naif con Simone Rocha o Molly Goddard.
Una lengua muy viva
Está claro que este año que acaba de empezar dará mucho que hablar a los amantes de la lengua. La discordia ya empezó en el momento mismo de apurar las uvas. ¿Teníamos que haber brindado por la nueva década? La Real Academia Española (RAE) no lo ve aún oportuno. Habrá que esperar un año más. Cada década comienza en un año acabado en 1 y termina en otro acabado en 0, aunque los astrónomos no estén muy de acuerdo en ello.
Como vemos, la lengua está más viva que nunca. Un par de meses antes de terminar el año, la RAE presentó en Sevilla más de 1.100 novedades, con acepciones nuevas de términos ya existentes, enmiendas y modificaciones. Entre ellas, casoplón, como gran vivienda de lujo; zasca, para referirse al corte verbal rápido y contundente que deja sin argumentos al otro en una disputa verbal; o sieso, que describe a quienes son poco simpáticos. La académica Paz Battaner aconseja prudencia antes de aceptar una nueva palabra para certificar que no será efímera.
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