Coronavirus
Las comparecencias
Hoy superamos ampliamente los treinta mil contagiados, y somos el tercer país del mundo en casos y víctimas mortales
Una semana después de jalear las múltiples concentraciones del 8-M avaladas por la asistencia en Madrid de nueve miembros del Gobierno, mientras en Italia ya había confinamientos, se anunció el estado de alerta y se nos dijo que ayer llegaríamos a los diez mil contagiados.
Hoy superamos ampliamente los treinta mil, y somos el tercer país del mundo en víctimas mortales e infectados, tras Italia y China. Como los malos estudiantes que no hacen los deberes cuando deben, ahora tenemos continuadas comparecencias del presidente del Gobierno, acaparando la programación durante el fin de semana, en horas de máxima audiencia y ante unos ciudadanos ya saturados de información y estresados. Estas alocuciones deben ser reconsideradas, máxime cuando estamos en estado de alerta, y los otros poderes del Estado –legislativo y judicial– están prácticamente suspendidos en sus funciones. Por ello, sería de agradecer que el presidente nos ahorrara determinadas consideraciones: basta con que nos informe de las decisiones adoptadas.
Resulta conmovedor escucharle hablar enfáticamente de unidad, cuando bajo su mandato no ha parado de implementar políticas que no han hecho más que dividir y enfrentar a los españoles entre sí. Unidad sí, pero no en torno a quienes desde el Gobierno jalean caceroladas contra el jefe del Estado en estas circunstancias. Unidad sí, pero no solo para lo que él quiere y cuando él lo quiere. Que esta desgracia marque un antes y un después en sus políticas.
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