Tráfico
¿Se conduce mejor a los 65 años que a los 25?
El porcentaje de accidente entre los conductores de 65 a 75 años está en el 11%
Cumplir años conlleva efectos del envejecimiento que influyen a la hora de ponernos al volante de un coche. Sin embargo, las estadísticas aseguran, contra todo pronóstico, que a los 65 años se conduce mejor que a los 25. Según un informe de la empresa Thyssenkrupp Home, los menores de 25 años tienen una tasa de siniestralidad del 25% (que se eleva al 29% entre 18 y 21 años), mientras que entre los conductores de 65 a 75 años el porcentaje de accidentes está en el 11%, cifra que sube a partir de los 75 años.
Pese a las estadísticas, algunos de los problemas asociados a la edad dificultan la conducción y ponen en peligro al resto de los ciudadanos. Las afecciones más frecuentes son la rigidez en los músculos y las articulaciones, que puede dificultar girar la cabeza lo suficiente para controlar los ángulos muertos así como la lentitud en los reflejos, que puede influir a la hora de frenar o virar el volante para evitar un accidente. Además, la perdida de visión reduce el angulo de visión, dificulta la conducción nocturna y aumenta el peligro de deslumbramiento. Otro de los efectos de la edad son los problemas de audición, que impiden detectar el ruido del motor o los avisos de otros vehículos.
Con los años aumenta la dificultad para dividir la atención entre varias tareas simultáneas, como por ejemplo, mirar el cuadro del vehículo o el navegador y atender a la vez a la carretera. Además, hay mayor propensión a la fatiga; dificultad para leer rápidamente los carteles y cumplir con las señales y problemas a la hora de conducir ensituaciones meteorológicas adversas. Otro factor a tener en cuenta por los mayores es que a ciertas edades es habitual tomar medicamentos que afectan a la conducción.
Para evitar accidentes a los conductores más mayores, Thyssenkrupp Home recomienda una serie de consejos a seguir:
- Evitar conducir en circunstancias meteorológicas adversas, como la lluvia.
- No viajar de noche y evitar vías poco iluminadas..
- Programar las salidas y llegadas en días y horas de menor tráfico.
- Prestar atención a los síntomas de fatiga, hacer paradas frecuentes y dividir los trayectos largos.
- Huir de conductores con comportamientos peligrosos, agresivos o que circulen muy cerca; desviarse y parar si es necesario.
- No beber nada de alcohol, ni siquiera un poco, cuando se va a conducir.
- Consultar con el médico si la medicación que se toma puede dificultar la conducción.
- Cuidar la forma física, hacer ejercicio y seguir una dieta saludable tratando de mantener un peso adecuado.
- Realizar ejercicios de entrenamiento cerebral como sudokus, crucigramas, juegos de ordenador, etc. para preservar las habilidades cognitivas, de inteligencia, velocidad de procesamiento, memoria, resolución de problemas...
- Ejercitar la coordinación motora con trabajos manuales, construcciones...
- Someterse a revisiones periódicas de salud generales y oftalmológicas.
- Asumir y expresar los temores. Si uno no se siente seguro para emprender un viaje, decirlo, pedir ayuda, buscar alternativas. No preocuparse por el qué dirán.
La parte mecánica tambien es importante a la hora de que una persona mayor se poga al volante de un vehículo. De hecho, en Japón, los mayores de 75 años ya están obligados a contar con un sistema de frenado inteligente y detectores de obstáculos en su vehículo si quieren que se les renueve el carné de conducir.
Las estadísticas dicen que la confusión entre pedales es la principal causa de los accidentes de los mayores. Si uno quiere seguir conduciendo, debería pensar en cambiar de coche, que debe incluir asistencia de frenada, aviso de cambio de carril, cámara trasera, protección de los ocupantes, control electrónico de estabilidad, automatismos en luces y limpiaparabrisas, amplias ventanillas y retrovisores, airbags, etc.
¿Hasta cuándo conducir?
La decisión de cuándo es el momento de dejar el coche debe estar basada en los problemas de salud y no en la edad. Es el reconocimiento médico y no la partida de nacimiento lo que determina si una persona puede conducir o no; lo contrario sería discriminatorio. Pero además de las causas médicas, estos son algunos signos que las personas mayores deben tener en cuenta como señales de que hay que dejar el coche:
- Quien va en el asiento del copiloto está rígido, asustado, corrige errores de conducción o expresa claramente su temor.
- El propio conductor empieza a notar cierta inseguridad.
- Sufre con cierta frecuencia pequeños accidentes, rozaduras y choques.
- Otros conductores se quejan y le pitan.
- Tiene más despistes y equivocaciones en las rutas habituales.
- Los desplazamientos conocidos le llevan más tiempo del acostumbrado.
- Cree que hay más sobresaltos que antes, más gente que actúa mal a su alrededor, motoristas, ciclistas y peatones que «surgen de la nada».
- Los amigos y la familia expresan sus dudas para que siga conduciendo
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